Edgard González Suárez
EL pasado 21 de febrero, suscrita en Nueva York, Ismael Zambada, el famoso “Mayo”, se dirigió al gobierno mexicano mediante un escrito, para pedir protección de sus derechos consulares y del Estado Mexicano, señalando haber sido detenido de manera engañosa e ilegal (25 de julio de 2024) y estar sometido a juicio en un país extranjero y donde podría enfrentar, como sentencia, la pena de muerte.
La “famosa” carta define el carácter violatorio de sus garantías ciudadanas y sostiene que fue privado de su libertad en territorio nacional mediante coacción física y engaños, y señala en uno de sus argumentos que ni el gobierno mexicano ni el norteamericano estaban al tanto de ese operativo y hoy se encuentra en prisión y sometido a juicio. Acto seguido los abogados del “Mayo” Zambada exponen y refieren los artículos pertinentes en la Convención de Viena (1963), en la Convención sobre Derechos Humanos (1969), el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (1966) para demostrar que fue violentado en sus derechos, La Ley de Migración y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Como podemos entender, y leer en la carta que circula en las redes sociales, Zambada García pide, funda y motiva su solicitud para que el gobierno mexicano inicie el trámite correspondiente para su pronta repatriación. La Secretaría de Relaciones Exteriores confirma la carta, o más bien un escrito de 33 hojas, donde señala con puntualidad, lo que, a su juicio, fueron las violaciones a sus derechos y garantías.
La derecha mediática y política ha intentado, por enésima vez, sacar raja política del tema e intentar convencer a la opinión pública que el “Mayo” Zambada intenta someter a Claudia Sheinbaum para que lo “regrese” a México, para que lo “salve” de la pena de muerte, y sobre todo, no se cansaron de señalar, que en la “famosa” carta, el líder del cártel de Sinaloa “amenazaba” con filtrar una lista extensa de políticos y autoridades del gobierno involucrados en el tráfico de narcóticos en nuestro país.
Nada de eso aparece en el documento entregado al Consulado Mexicano en Nueva York. Quienes quieren acorralar al Gobierno México y especialmente a su presidenta, son los corifeos mediáticos, los intereses más entreguistas y por su puesto la derecha partidaria.
La carta se destaca por su carácter jurídico, por intentar anteponer argumentos legales, constitucionales e incluso reglamentarios que son vigentes tanto en México como en los Estados Unidos, y lo que sí señala, es que la solicitud de no ser atendida podría tener consecuencias, pero en ningún lado afirma, que esas consecuencias las tendría el Gobierno Mexicano por no haberlo repatriado a él, sino consecuencias jurídicas y de largo plazo, al quedar expuesto y subordinado, el gobierno de México al gobierno norteamericano.
“Negar mi solicitud de repatriación o de no aplicación de penas prohibidas y trascendentales tendría como consecuencia aceptar la subordinación al gobierno norteamericano (…) si el gobierno de México no actúa el suscrito, seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda”.
Señala claramente, que el tema es un asunto de soberanía y de sí México permitirá que un país extranjero violente la legalidad nacional e internacional.
“Además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera, de manera impune, violentar nuestro territorio y soberanía”, continúa el texto.
Desde la visión de los abogados del “Mayo”, al verse sometido a un juicio en los Estados Unidos, habiendo sido secuestrado y violentado toda clase de garantías, la relación entre los dos países podría “fracturarse”.
“no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América (…) en caso de ser juzgado en los Estados Unidos de América, mi caso puede constituir un punto de fractura en la relación en materia de cooperación de impartición de justicia entre México y los Estados Unidos”.
En ningún párrafo, se menciona lista de funcionarios gubernamentales -ni de este ni de ningún otro gobierno-, en ningún párrafo se intenta “acorralar” a Claudia Sheinbaum, en ningún párrafo se menciona consecuencia alguna en contra del Gobierno o del país, promovida por él en caso de no ser repatriado.
Nos puede gustar o no la carta, podríamos estar a favor de su repatriación o no, pero, desde mi punto de vista, lo que haya dicho Ismael Zambada en los interrogatorios a que fue sometido, ya lo dijo, ya lo tienen los Estados Unidos en sus expedientes y la “famosa” carta podría ser parte de una estrategia para que sea juzgado en México -una papa caliente para el gobierno de México- a cambio de disminuir o terminar con el Cártel de Sinaloa y de otros cárteles que ya están en la mira.
