Jesús Utrilla / NV Noticias
El próximo 1 de junio, México decidirá el rumbo de su sistema judicial en un proceso que, según la magistrada de circuito del Poder Judicial de la Federación, Ana María Ibarra Olguín, busca acercar la justicia a la ciudadanía y dotarla de un rostro más inclusivo y equitativo.
Dijo que la renovación judicial no solo implica un cambio en los perfiles de los juzgadores, sino también en la manera en que se imparte justicia en el país.
Explicó que la selección de jueces y juezas ha pasado por un proceso riguroso que incluyó evaluaciones técnicas, revisión de trayectoria profesional y ética, entrevistas y, finalmente, un sorteo para determinar a los finalistas.
Ibarra Olguín rechazó la idea de que la designación de jueces haya sido solo un asunto de azar.
“Dicen que todo se dejó a la tómbola, pero eso solo sirvió para equilibrar el número de postulantes con los cargos disponibles. Al final, la decisión estará en manos de la ciudadanía”, aclaró.
Agregó que el nuevo sistema busca cerrar la brecha de desconfianza entre la población y el Poder Judicial, pues durante años la justicia en México ha sido vista como inaccesible, burocrática y ajena a las necesidades de la gente.
“Nos hemos escudado en formalismos y un lenguaje técnico que nadie entiende, alejando la justicia de quienes más la necesitan”, reconoció.
Uno de los cambios más significativos que acompañarán esta transformación es la paridad de género.
Actualmente, solo el 30% de los jueces en el Poder Judicial son mujeres, pero con este nuevo esquema, la proporción será de 50% hombres y 50% mujeres.
Advirtió que la transformación del sistema judicial solo será posible si la ciudadanía participa en el proceso.
