Edgard González Suárez
Donald Trump asumirá como el presidente número 47 de los EEUU exactamente dentro de 14 días. Trump es un político más que controvertible, tiene una filiación conservadora, es decir, que mantiene como valores centrales de su pensamiento ideológico: el patriotismo americano, la familia convencional, la libertad individualista, enemigo de la intervención del gobierno en la economía y proclive a la supremacía blanca y norteamericana o anglosajona.
Asumirá por segunda vez la presidencia de la república ahora con una gran legitimidad, apoyo popular y partidario del renacimiento de la grandeza y hegemonía norteamericana.
El Gobierno mexicano tendrá que enfrentar una embestida económico e ideológica de una gran envergadura. Mi opinión es que Claudia Sheinbaum y la 4T tendrán por lo menos cuatro retos o desafíos frente a la administración Trump.
1. La batalla comercial entre los EEUU y el interés de la nueva administración por combatir el comercio asiático, principalmente chino. Esta batalla ya anunciada implicará imposición de aranceles a productos mexicanos, como castigo, por utilizar componentes, refacciones o elementos de origen y/o de fabricación china. El jaloneo comercial -incluido el T-MEC- podría marcar la relación Mexicoamericana durante los próximos 4 u 8 años, y Trump dice estar dispuesto a correr los riesgos. Sheinbaum, por su parte, ha manifestado lo torpe e inútil de una guerra comercial entre México y los Estados Unidos.
2. La migración mexicana y latinoamericana hacia los estados unidos. El próximo presidente de los estados unidos ha propuesto abierta y cínicamente deportar a todos los migrantes que se encuentren en su país de manera irregular y ha sostenido que los enviará a México, porque es aquí donde se les deja pasar. Propone incluso, salir de cacería y detener arbitrariamente a indocumentados y deportarlos a México. Propuesta que, si bien es compartida por los estados de Texas, Nuevo México y Arizona, esto supondría un gran desequilibrio en la relación migratoria en el sur del país.
3. El combate al fentanilo y a los cárteles mexicanos que operan en México y en Estados Unidos. El tráfico de drogas, ahora concentrada la batalla en el fentanilo, armas y personas representan -según los republicanos- una amenaza en la seguridad nacional americana. La conflictividad internacional acrecentada al final del gobierno de Joe Biden: Siria, Israel, Irán, Georgia, Corea del Norte y por supuesto Rusia y Ucrania, mantiene una situación delicada en la geopolítica internacional, y con ello un grado de tensión permanente en las decisiones estadounidenses. El multimillonario presidente de los EEUU quiere declarar a los grupos delictivos mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras o internacionales. Una propuesta más que provocadora y quizá ineficiente, pero que le genera una gran popularidad a Trump, con ello, no solo define su perfil injerencista, sino que anuncia que México se encuentra dentro de su esfera de dominación y por ello el interés americano marca la lucha en este rubro contra los carteles mexicanos.
4. El desarrollo multilateral de México. Con estos tres ejes, el desarrollo multilateral de México se ve obstaculizado o condicionado por el vecino anglosajón. La economía internacional pasa por momentos de crisis y turbulencias sistémicas, y Europa y los estados unidos se ven desplazados por sus competidores, principalmente china. La competencia internacional por recursos naturales, como el litio, procesadores, medicamentos, vacunas, alimentos, gas, inversiones y recursos financieros para el desarrollo se recrudecerá junto con los conflictos políticos internos, inseguridad, los cierres de fronteras, los controles migratorios y el proteccionismo comercial y financiero. Por lo tanto, Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña, lo estamos viendo en los recientes cambios de gobierno en esos países, y que ha generado un efecto proteccionista y de defensa de los intereses nacionales. El multilateralismo neoliberal se ha desmoronado, y ahora nadie tiene recursos para invertir en otros países, ni nadie quiere más competidores en el mundo.
Esos serían los ejes inmediatos para atender, y que sin duda plantearán un desafío a la 4T, y que requerirá de experiencia, temple, paciencia y mucho carácter para poder salir delante de estos giros del sistema internacional.