Gladys de L. Pérez Maldonado.
No hay un museo nacional de la historia de las mujeres mexicanas o de las mujeres de cualquier otra parte del mundo, hay muchas relatos que no han sido escritos sobre la contribución de las mujeres en la historia, en la lucha revolucionaria y en todos los momentos importantes de nuestro país, por muchos siglos los historiadores no se han interesado en nosotras, y aún hoy en día, nuestra historia es invisible.
El 20 de noviembre de 1910 mujeres y hombres alzaron sus armas en todos los rincones de la República Mexicana en contra de la dictadura centralista de Porfirio Díaz, quien mantenía a la clase campesina en la extrema pobreza bajo el abuso del poder de los terratenientes, iniciándose así la Revolución Mexicana.
Debido a este movimiento armado, madres, hijas, esposas y amantes abandonaron su rol limitado a la esfera doméstica y se unieron a la causa revolucionaria. Se dedicaron a cuidar de los heridos, hicieron de espías, abastecieron de alimentos los campamentos y también tomaron valientemente los machetes o armas de fuego o lo que tuvieran a la mano en el campo de batalla.
Estas valientes mujeres revolucionarias casi siempre provenían de los estratos sociales más bajos, las que eran madres se hacían acompañar por sus hijas e hijos, algunos aún en su regazo. En la mayoría de los casos tomaban comportamientos masculinos, alejando la femineidad de ellas, para evitar ser víctimas de violaciones, lo cual era común entre la tropa.
Estas mujeres son Las Adelitas, que hasta un corrido en su honor fue escrito de la música folclórica mexicana. Se dice en la versión más aceptada, que el corrido está basado en la vida de Adela Velarde Pérez, nacida en Ciudad Juárez, quien se fugó de su casa a los 14 años y en febrero de 1913 se unió a las tropas de la revolución, unos dicen que un capitán carrancista compuso la canción en su honor y otros afirman que es autoría de un sargento villista, con quien Adela quizás tuvo un hijo.
Las Adelitas son mujeres sin rostro, sin nombre y apellido, a diferencia de aquellas que participaron en la lucha independentista, quienes en su mayoría eran de clase acomodada y criollas.
Los datos históricos de la participación de la mujer en la Revolución Mexicana, no van más allá de La Adelita y el corrido, se ha relegado la participación femenina a un colectivo anónimo: Las Adelitas.
Que injusta ha sido la historia con nuestras mujeres revolucionarias, mujeres que son símbolo de lucha armada y valentía, sin que tengan monumentos, plazas o incluso nombres y que si sabemos de su existencia es -además del corrido- por las imágenes fotográficas de aquella época, que muestran a estas heroínas vistiendo sombrero, falda larga, botas, carrillera, rifle y en ocasiones cargando a un infante en la espalda sostenido con el rebozo.
Los que narran la historia han pretendido darle el nombre de Adelita a varias señoras involucradas en la causa contra Francisco I. Madero, como en el caso es Hermila Galindo, quien se encargó de difundir el verdadero valor de Las Adelitas, quien además realizó varios viajes al extranjero, como, secretaria de Venustiano Carranza, para promulgar entre las de su género la importancia de demostrar la autosuficiencia femenina.
Así también se menciona a Carmen Serdán, esposa de Madero, quien nunca abandonó la causa revolucionaria, aún después de muerto su marido, de su casa dice la historiadora mexicana Carmen Ramos Escandón, salían enormes paquetes de pescado, cajas de zapatos, canastas de verdura que ocultaban granadas de fabricación casera y pólvora.
En este grupo de Adelitas encontramos a Ángela Jiménez, una experta en explosivos, a Amelia Robles, quien manejaba perfectamente las armas y los caballos, quien se hizo pasar por hombre, auto llamándose Amelio y así obtuvo el rango de Coronel y a Petra Herrera, que cooperó con Villa organizando y liderando sus ejércitos y era famosa por hacer saltar por los aires los puentes, después de separarse de su líder formó un ejército de más de mil mujeres.
No obstante la mención de estas mujeres, la identidad de aquellas miles que acompañaron y fueron parte de la lucha revolucionaria en los campos de batalla, ha sido y sigue siendo desdibujada de la historia.
Desde este espacio aplaudimos y honramos a aquellas mujeres anónimas que lucharon en la Revolución Mexicana con fuerza, valentía e inteligencia en busca de una forma de vivir digna y en libertad: Las Adelitas.