Moisés Hernández Yoldi
El análisis de Andrés Manuel López Obrador desde la perspectiva comunicacional, a la luz de la obra de Víctor Klemperer “LTI: La lengua del Tercer Reich”, nos permite explorar la manera en que AMLO utiliza el lenguaje como herramienta de poder y persuasión, manipulando conceptos y emociones para conectar con su audiencia.
Klemperer argumenta que el lenguaje no solo refleja la realidad, sino que también la moldea y crea. AMLO ha demostrado una capacidad excepcional para utilizar un lenguaje que resuena profundamente con ciertos sectores de la sociedad mexicana, apelando a un sentido de justicia histórica, indignación social y promesas de cambio.
Su estilo comunicacional se apropia de conceptos clave como “pueblo”, “élite” o “conservadores”, redefiniéndolos para crear una narrativa polarizadora. Esta narrativa sitúa a sus seguidores en el lado correcto de la historia, mientras que a sus opositores los caracteriza como enemigos del progreso y del pueblo.
Un ejemplo clave es su uso de la palabra “pueblo”. Para AMLO, el “pueblo” es más que una simple referencia demográfica; se ha convertido en una figura casi mítica que engloba la pureza, la justicia y la resistencia.
Este uso del lenguaje genera un vínculo emocional fuerte con las masas, posicionando a AMLO como el líder legítimo que representa los verdaderos intereses de la nación. Siguiendo a Klemperer, podemos decir que AMLO no solo describe al “pueblo”, sino que lo crea discursivamente a través de su retórica.
Otro elemento que podemos analizar es su lenguaje emocional, cargado de símbolos y metáforas que apelan directamente a las emociones más básicas del electorado: esperanza, indignación y lucha.
Frases como “la mafia del poder” o “primero los pobres” son ejemplos de una estrategia comunicacional que simplifica complejidades políticas y económicas en dicotomías fáciles de entender y difíciles de rebatir.
Esto le permite mantener un control discursivo sobre la agenda pública, en un contexto donde la polarización es un recurso clave para consolidar su liderazgo.
Asimismo, Klemperer habla sobre la repetición como una herramienta central en la propaganda. AMLO ha demostrado un uso magistral de la repetición de ciertas frases, como “no mentir, no robar, no traicionar”, para fijar en la mente colectiva ciertos valores que se asocian a su proyecto político.
Esta constante reiteración refuerza la imagen de AMLO como un líder moral, prácticamente incorruptible, lo cual le otorga una ventaja frente a sus opositores.
En conclusión, al igual que Klemperer observó cómo ciertos regímenes instrumentalizaban el lenguaje para construir una realidad ideológica, AMLO ha sabido utilizar su estilo comunicacional para crear una narrativa política que apela a los sentimientos más profundos del electorado.
Ha transformado el lenguaje en una herramienta poderosa para movilizar y motivar voluntades, unificando a su base en torno a conceptos y símbolos que, aunque a menudo simplificados, han demostrado ser altamente efectivos en la consolidación de su poder.
