Algunos creen que las visas de categoría TN, es decir clasificación de no inmigrante, podrían ser una solución a la contratación de trabajadores mexicanos en Estados Unidos de alto nivel. Y si bien puede serlo para algunos, para otros se convierte en el infierno mismo, como le ocurrió a Adriana Barberena, una médica veterinaria que fue contratada como ‘animal science’ y terminó arreando y ordeñando vacas.
Remedio o abuso, analistas y activistas coinciden en que el tema deberá tomarse por los cuernos en la revisión del nuevo tratado, el T-MEC, en 2026 por la presidenta Claudia Sheinbaum y quien resulte electo de las elecciones en Estados Unidos en noviembre próximo, sea la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump.
En el papel desde el anterior Tratado de Libre Comercio en América del Norte en 1994 (TLCAN) o NAFTA, la “clasificación no inmigrantes TN” hizo posible a ciudadanos mexicanos y también canadienses calificados solicitar entrada temporal a Estados Unidos y desarrollar actividades económicas a nivel profesional.
La urgencia de revisar el tema tiene como trasfondo tres hechos concretos: uno es que no se ha revisado desde que se firmó el TLCAN; dos, que algunos empleadores hacen mal uso de esta figura para llevar a trabajadores altamente calificados y los ponen a trabajar en labores elementales o de primer nivel, y tres, ya hay varios casos en tribunales.
La escalada legal se dio después de la pandemia. El Centro para los Derechos del Migrante (CDM) ha interpuesto tres demandas colectivas que involucran a 12 profesionistas: dos denuncias siguen en tribunales y una se resolvió mediante un acuerdo de indemnización.
Las demandas fueron dirigidas a empresas automotrices coreanas tan poderosas como Hyundai y Kia.
El organismo binacional sin fines de lucro asegura que las víctimas podrían ser cientos o miles, si se toma en cuenta el incremento en el uso de este tipo de visado.
Fuente: Milenio