Edgard González Suárez
Una vez otorgada, por siete votos a favor y 4 en contra, por el Instituto Nacional Electoral, la mayoría calificada a la coalición de los partidos Morena, Verde y del Trabajo, solo resta la sentencia final del tribunal electoral federal, una vez que la oposición se inconforme y apele la decisión del INE, y que seguramente será ratificar dicha decisión definida el viernes pasado.
Integrado el congreso -legal y constitucionalmente- con mayoría calificada para morena la pregunta que se hacen distintos grupos en el país es ¿Qué sigue? ¿qué podemos esperar para los siguientes años en el país? Y la respuesta tiene, por si faltara más, dos posiciones diferenciadas y contradictorias:
La primera, la refieren ya, en sus sesudos análisis, los voceros, comentaristas, redes, cadenas de radio y televisión quienes aseguran que vendrá la destrucción de la democracia nacional, se nos impondrá un régimen político dictatorial, que viene la persecución de la oposición política, su censura y encarcelamiento, que nos espera una debacle económica, que perderemos nuestra libertad y posesiones, que nos impondrán una ideología marxista y comunistas y como cantaleta ya abominable, vamos derechito a ser la copia del gobierno venezolano.
Mientras la oposición siga con esta cantaleta seguirán aislándose, seguirán alejándose de las mayorías y no podrán avanzar ni un milímetro, ni un voto, a lo sumo podrán mantener a su núcleo duro, sino es que empiezan a perder adeptos en los próximos tres años.
Para MORENA y sus aliados, el compromiso será mayor, implica no sólo mantener la mayoría calificada en las cámaras, sino también ofrecer un programa de reformas, mas allá del PLAN C, que representen el desmontaje del régimen neoliberal, que se orienten hacia el desarrollo del Estado de Bienestar, a la defensa irrestricta de los Derechos Humanos, la distribución de la riqueza con un sentido popular, y deberá ofrecer un plan de desarrollo infraestructural. A todo esto, la presidenta electa le ha denominado el 2º piso de la transformación.
El reto y la responsabilidad es mayúsculo, se tendrá que realizar un programa reformista y legislativo para lograr avances significativos en la concreción de ese 2º piso. Comienza la etapa reformista con dos grandes movimientos, que serán legislativamente herencia de la administración de López Obrador.
- La reforma al Poder Judicial
- La desaparición de los llamados organismos autónomos
- La reforma de la Guardia Nacional (en proceso)
- La reforma electoral;
- La reforma al Poder Judicial;
- La reforma para atender los recargos del ISSSTE; y,
- La reforma para la reorganización de la Administración Pública Federal.
Y los llamados 100 compromisos que trabajó Claudia Sheinbaum durante la campaña. Desglosados en 15 ejes rectores, podemos destacar 5 ejes centrales:
- Gobierno honesto y austero. Particularmente la separación entre el poder político y económico, y la defensa de la soberanía energética frente a las empresas extranjeras.
- Derechos humanos. Garantizar las libertades (expresión, reunión, manifestación, etc.) y abatir el racismo, el clasismo y la discriminación en todas sus formas.
- Seguridad Pública. Fortalecer la infraestructura de investigación, inteligencia, fuerza de tarea, y la consolidación de la Guardia Nacional.
- Educación y Salud. Fortalecer y asegurar la educación gratuita en todos sus niveles y el acceso a la salud pública y a los medicamentos básicos y necesarios.
- Desarrollo económico y social: Salario mínimo sólido y creciente, plan de desarrollo carretero y de movilidad terrestre, aérea y marítima. Consolidación del tren maya, el AIFA y la refinería Dos Bocas. Junto a esto, el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología.
Lo que debemos captar es el inicio de un nuevo régimen político y de reformas sociales, con una orientación popular y dirigidas hacia el bienestar social. Dependerá de la capacidad del gobierno de mantener altos niveles de confianza, identificación de esas reformas con las clases populares, eficiencia administrativa y, abatir la corrupción para transitar con inmejorables niveles de confianza y apoyo electoral.