Jesús Utrilla | NV Noticias
Los fraudes inmobiliarios son actividades ilícitas donde personas buscan obtener ganancias a través de engaños en transacciones relacionadas con bienes raíces. Estos fraudes pueden afectar tanto a compradores como a vendedores, así como a inversionistas en el sector inmobiliario.
Sergio López Ramírez, presidente de la Comisión de Honor y Justicia del Colegio de Abogados en el Área Jurídica, Inmobiliaria y Contable, advirtió que en ocasiones los estafadores venden propiedades que no existen o venden la misma propiedad a múltiples compradores. Utilizan la identidad de propietarios legítimos para vender o hipotecar propiedades sin su conocimiento. También utilizan escrituras, títulos o documentos falsificados para llevar a cabo transacciones fraudulentas.
“Que todo sea con el asesoramiento de un agente inmobiliario certificado porque se ha dado que muchas veces el agente, no es agente y llega a generar un fraude, incluso un daño personal o secuestro exprés. Por eso que se asesoren con un experto en la materia, un agente inmobiliario certificado y que también el evento sea en sus oficinas para evitar estas situaciones”.
Los estafadores piden un depósito adelantado por una propiedad y desaparecen después de recibir el dinero. Se venden propiedades con problemas legales o gravámenes no resueltos sin informar al comprador. Ante ello el abogado recomendó verificar la autenticidad de los documentos presentados, incluyendo escrituras, títulos y certificados de gravámenes. Investigar la reputación del vendedor o comprador. Contratar abogados, agentes inmobiliarios y notarios certificados para manejar la transacción.
“Hay que verificar que la documentación que te exhiben esté correcta. Que si tú exhibes una escritura esté certificada en el Registro Público de la Propiedad, que existan esos registros. Que las personas firmantes o propietarios sean los correctos, no por apoderados o que exista un poder protocolizado ante notario”.
Insistió en que es importante asesorarse con un profesional certificado y realizar las operaciones en oficinas debidamente establecidas, ya que hay quienes citan en cafés o plazas públicas, lo que debe prender alertas sobre la transacción a realizar.