Tres reformas legales interesan a todos los mexicanos y merecen un análisis profundo.
Primero, la reforma a la Ley de Amnistía permite al presidente otorgar indulto a una persona sentenciada sin necesidad de pasar por el Senado. Este cambio fortalece la capacidad del Ejecutivo para corregir injusticias de manera más ágil y eficaz. Es necesario que esta facultad se use con responsabilidad y transparencia, asegurando que solo se otorgue en casos donde la justicia así lo demande.
Segundo, la reforma a la Ley de Amparo exige ahora que cada ciudadano interponga un amparo individual si se siente afectado por una ley. Antes, un solo amparo podía suspender la aplicación de una ley para todos.* Este cambio nos obliga a ser más conscientes y activos en la defensa de nuestros *derechos, promoviendo una *participación ciudadana* más directa y efectiva.
Tercero, la reforma al Poder Judicial es necesaria para renovar y fortalecer la institución, creando transparencia en la designación de jueces, magistrados y ministros.
Además, esta reforma nuevamente muestra la polarización en México, entre los que apoyan la Cuarta Transformación y los que se oponen. Es esencial que ambas partes adopten una visión de estado. En países como Estados Unidos, la oposición respalda propuestas presidenciales, trasladando toda la responsabilidad política al mandatario. En México, oponerse sistemáticamente solo para perjudicar al gobernante nos estanca como nación y afecta al ciudadano. Necesitamos cooperación y visión compartida para avanzar. Llegar a un acuerdo en la selección* y participación para estos cargos es esencial para asegurar un sistema judicial justo, transparente e independiente.
Apoyar estas reformas y colaborar en su implementación nos permitirá construir un México diferente. Es tiempo de dejar de lado la confrontación y enfocarnos en el progreso colectivo.
#ParaSerMejores
Dr. Jeremías Zúñiga Mezano
