Jesús Utrilla / NV Noticias
El próximo 13 de mayo se cumplen 500 años desde la llegada de los 12 frailes franciscanos, quienes fueron los pioneros en la evangelización de México.
Ante este acontecimiento, la Diócesis de Veracruz y la orden de Frailes Franciscanos se preparan para una serie de actividades conmemorativas que se extenderán a lo largo de todo el año 2024 en diversos puntos del país, culminando en diciembre en la Basílica de la Ciudad de México, informó el fraile franciscano Joel Cosme Torres.
El encargado de detallar los planes de celebración, anunció que cualquier convento o templo franciscano que se visite durante este periodo otorgará indulgencia a los creyentes.
En Veracruz, la orden franciscana tiene presencia en Piedras Negras y Orizaba, y se espera la participación de miles de feligreses y miembros de la familia franciscana en las actividades planificadas.
Las festividades darán inicio el 11 de mayo en el puerto de Veracruz con una serie de eventos significativos.
La jornada comenzará con la inauguración de la exposición “Don y Fruto” en el Recinto Reforma, seguida de una procesión que partirá de la iglesia del Cristo del Buen Viaje hacia la Catedral de Veracruz.
Allí, se llevará a cabo una misa solemne presidida por el Obispo de Veracruz, Carlos Briseño Arch, y posteriormente una hora santa en el asta Bandera con el objetivo de orar por la paz en México. La jornada concluirá con una verbena en el parque Zamora.
Para el 12 de mayo, las actividades se trasladarán a la Antigua, Veracruz, donde se llevará a cabo un rezo de la corona franciscana OFS en la capilla del Rosario, seguido de una misa solemne presidida por Monseñor Juan Manuel OFM.
Además de estas ceremonias, el programa incluye la presentación de un documental el martes 7 de mayo en la ciudad de Orizaba, así como la exhibición de las reliquias del Beato Fran Sebastián Aparicio y Guizar y Valencia, que estarán disponibles para visitar en la parroquia del Perpetuo Socorro y San Francisco de Asís a partir de este lunes.
La conmemoración de este evento histórico no solo representa un momento de reflexión espiritual, sino también una oportunidad para celebrar la herencia cultural y religiosa que los frailes franciscanos dejaron en México hace cinco siglos.