Jesús Utrilla | NV Noticias
Veracruz. – La pérdida de Susana Beatriz Espinoza Matanche ha dejado un vacío profundo en el corazón de su familia y amigos. Apodada cariñosamente como “Betita”, su partida ha sido un golpe devastador para quienes la conocían y querían.
Su desaparición el 27 de febrero de 2024, en la Reserva Tarimoya, ha dejado a sus seres queridos consternados y exigiendo justicia. A pesar de los esfuerzos de la familia por colaborar con las autoridades, el progreso en la investigación ha sido lento y frustrante. Las manifestaciones para exigir su aparición con vida han sido una muestra de la determinación de la familia por encontrar respuestas y hacer justicia.
El descubrimiento de su cuerpo en Lomas de Rio Medio III, confirmado por las autoridades ministeriales, ha sumido a todos en un dolor aún más profundo. Ahora, mientras Susana descansa en el Panteón Municipal de Veracruz, sus seres queridos luchan por encontrar consuelo y por asegurarse de que su memoria y su búsqueda de justicia no sean olvidadas.
Familiares y amigos dieron el último adiós a Susana Beatriz Espinoza Matanche. Sus restos descansan en el Panteón Municipal de la ciudad de Veracruz. “Betita”, como la llamaban cariñosamente, era una mujer alegre y muy allegada a sus hijos.