Jesús Utrilla / NV Noticias
La violencia intrafamiliar en la zona rural de Veracruz es un problema de dimensiones preocupantes que demanda una intervención inmediata.
Gisela Castro González, miembro de Impulsa Mujer destacó la gravedad de la situación al revelar que en los últimos dos años han atendido 12 casos en la zona de Vargas y otras congregaciones del municipio de Veracruz.
La violencia física, psicológica y patrimonial impacta de manera significativa a un gran número de mujeres en esta región, creando un ambiente de miedo y opresión.
“Aunque estamos a 30 o 40 minutos de la zona urbana, es una diferencia cultural muy grande. La violencia no nada más es física, sino emocional y económica“.
E problema va más allá de los golpes y abarca aspectos emocionales y económicos que afectan profundamente a las mujeres afectadas.
Sin embargo, muchas de estas mujeres optan por no denunciar los abusos que sufren.
“Esa es la cuestión, que solo 12 llegaron con las autoridades competentes. Hay casos fuertes que no voy a comentar para salvaguardar la vida de las mujeres, pero muchas mujeres no denunciamos por falta de concientización y porque normalizamos la violencia“.
Este silencio puede estar motivado por una serie de factores, como el miedo a represalias, la dependencia económica o la falta de acceso a recursos y apoyo.
Es importante destacar que la falta de denuncia no es exclusiva de las mujeres de la zona rural, sino que también se observa en el área urbana de Veracruz.