El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, otrora aliado de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico en Centroamérica, fue declarado este viernes culpable de importar cocaína a este país y el uso de armas, lo que podría llevarle a pasar el resto de su vida en prisión.
El juez Kevin Castel fijó la fecha tentativa del próximo 26 de junio para sentenciar a Hernández (también conocido como JOH), de 55 años y que años atrás se jactaba de su estrecha relación con EE.UU.
Sin embargo, el Gobierno de EE.UU ha señalado con insistencia tanto en documentos como durante el juicio en Nueva York, que hoy culminó con el veredicto de culpabilidad, que el exmandatario dijo que quería “meter las drogas por las narices de los gringos”, y que “no se iban a dar ni cuenta”.
Un testigo de la Fiscalía, el contador José Sánchez, aseguró haber escuchado ese comentario durante una reunión que Hernández presuntamente sostuvo con un narco.
Ya había contado ese mismo diálogo durante el juicio por narcotráfico abierto en Nueva York contra Tony Hernández, hermano menor de Juan Orlando y exdiputado por el Partido Nacional, condenado en 2021 a cadena perpetua.
El exmandatario ya parecía estar en el ojo del huracán durante el juicio a su hermano -ante el mismo juez Castel-, pero él siempre negó su relación con los narcos alegando que los testimonios que lo implicaban eran falsos.
Falsos o no, esos mismos narcos volvieron a sentarse en la silla de los testigos en su juicio para acusarlo nuevamente de haber aceptado sobornos a cambio de proteger el tráfico de drogas a través de Honduras.
