Jesús Utrilla | NV Noticias
En un acto de profunda devoción y fe, de fieles católicos se congregaron en la Catedral de Veracruz para recibir la imposición de la ceniza en el inicio del tiempo litúrgico de la Cuaresma. La ceremonia, que marca el Miércoles de Ceniza, fue presidida por el obispo Carlos Briseño Arch, quien impartió las bendiciones y las cenizas a los fieles que acudieron al templo.
Desde tempranas horas de la mañana, los creyentes comenzaron a llegar a la Catedral, ubicada en el corazón histórico de Veracruz, con la intención de participar en este ritual que simboliza el arrepentimiento y la penitencia. Hombres, mujeres y niños se reunieron en las inmediaciones del templo, ansiosos por recibir este sacramento tan significativo para la Iglesia Católica.
El obispo Briseño Arch ofició la misa. Con palabras cargadas de emoción y espiritualidad, el prelado recordó a los fieles la importancia de este tiempo de preparación para la celebración de la Pascua.
Tras la homilía, llegó el momento esperado por todos: la imposición de la ceniza. Con gestos llenos de reverencia, el obispo y los sacerdotes presentes trazaron una cruz en la frente de cada fiel, pronunciando las palabras tradicionales: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. Este acto simbólico, que rememora la fugacidad de la vida humana y la necesidad de conversión, fue recibido con solemnidad y humildad por parte de los presentes.
Entre los asistentes, se encontraban personas de todas las edades y condiciones sociales, quienes manifestaron su gratitud por la oportunidad de participar en esta ceremonia tan significativa para su fe. Algunos expresaron que este momento marcaba el inicio de un período de reflexión y renovación espiritual en sus vidas, mientras que otros lo consideraron una ocasión para fortalecer su relación con Dios y con la comunidad de creyentes.
Al término de la ceremonia, la atmósfera en la Catedral de Veracruz estaba impregnada de un profundo sentido de paz y esperanza. Los fieles abandonaron el templo con la frente marcada por la ceniza, llevando consigo el compromiso de vivir la Cuaresma con autenticidad y fervor.
