Edgard González Suárez
En días pasados, pudimos detectar algunas claves del lamentable discurso de los opositores a la 4T, un discurso político carente de sustancia, anclado en la descalificación, corroído por el odio al programa político del obradorismo y del propio López Obrador, además de repetitivo hasta el cansancio y sujeto a las claves del pasado reciente para denostar y ningunear a su acérrimo adversario.
Solo comentaremos dos joyas discursivas, la primera la expone Vicente Fox, que en buena hora decidieron sacarlo de las redes sociales al identificar que sus intervenciones a favor de la campaña de la candidata del frente opositor, estaban a punto de descarrilar lo que después de tres meses no prende ni emociona a nadie, ni dentro, ni fuera de esa campaña. El expresidente, en sus tristemente célebres tiktoks y tweeters, y sus radicales creencias conservadoras pide se eliminen los programas sociales y dijo literalmente: “que los mexicanos “huevones” que reciben apoyos sociales se pongan a trabajar”.
Una joya del discurso político de la derecha conservadora, que en general, en todo el mundo, a quienes reciben apoyos, becas o estímulos gubernamentales, simplemente son descalificados como “huevones”, es decir holgazanes, mantenidos, oportunistas, vividores y demás. Es parte de la narrativa conservadora que sostiene que la gente no trabaja simplemente porque no quiere trabajar. El problema del empleo y del desempleo es un problema individual, un problema de conciencia, de responsabilidad, de valores individuales. Para la derecha conservadora, el trabajo es un asunto de “voluntad”, de querer trabajar. Aquí no existen fallas estructurales del sistema económico, no existen causales sistémicas, todo se reduce a la falta de interés y de querer vivir a costa de los demás.
Por otro lado, en la presentación de su equipo de campaña, la candidata opositora, frente a un auditorio abarrotado de panistas de la ciudad de México, calificó a ese equipo de la siguiente manera: “nada de ocurrencias, ni caprichos, aquí pura solvencia técnica”. Y la frase es sintomática, aquí, es decir, se diferencia del allá, si allá en el gobierno federal -el que encabeza López obrador-, allá no hay técnicos, no hay especialistas, no hay expertos. Aquí, precisamente en el equipo de campaña, que el Calderonismo intenta controlar, sí hay técnicos. Y sí, el grupo encargado del programa económico efectivamente son personeros de la tecnocracia neoliberal: Enrique de la Madrid, Carlos Urzúa, Ildefonso Guajardo -todo ellos de extracción priísta- intentan realizar un documento que enfile al gobierno hacia lo que la propia candidata define como “un gobierno que diga la verdad, con gente competente, honesta, capaz, que apoye a los pobres y que también apoye a los que trabajan, estudian, emprenden, madrugan: a la clase media de este país”.
La candidata, independientemente de un sinfín de dislates en sus ultimas dos semanas, dirige su campaña directamente a lo que ella llama la clase media, y pone a la economía en manos de técnicos. Es decir, que gobiernen los que saben, los que fueron a universidades extranjeras, que se asocien con los empresarios globales, y que dejen a la clase media emprender. Para el conservadurismo, la clase media es la clase emprendedora, la que tiene ganas de triunfo, de éxito económico, de hacer riqueza, de hacer negocios. A los pobres, pues si hay que ayudarlos, pero un gobierno no puede ni debe ayudar a los pobres, tiene el deber moral y económico de apoyar a la clase media.
Así las cosas, la campaña de Xochitl Gálvez, se definió ya como una campaña donde los técnicos dirijan el timón del estado y la economía, pero, sobre todo, favorezcan a la clase media. Y lo que esto signifique para ella.
De esta manera los pensamientos y creencias de la derecha foxista y calderonista se alían en su empeño de redirigir el gobierno para favorecer a los “emprendedores”, es decir, al empresariado, a la clase que quiere hacer negocios, y no a los huevones que no quieren trabajar. Este es el marco interpretativo de la derecha neoliberal que ha puesto en la campaña de la señora Xochitl Galvez, el 20% de intención de voto, más lo que pueda ganar en los meses por venir.
