Por Gladys de L. Pérez Maldonado
Subir la foto de una niña, un niño o adolescente menor de edad a las redes sociales es de lo más habitual hoy en día, la madre o el padre orgullosos exhiben las imágenes de sus hijas e hijos públicamente en la plataforma virtual de su preferencia.
Es entendible que la maternidad y la paternidad genera una alegría que se quiere compartir con las demás personas, anunciar la dulce espera con la fotografía de la ecografía, participar el sexo del bebé, dar a conocer imágenes de su nacimiento, de los primeros pasos, la celebración del bautizo, las fiestas infantiles, el primer día de escuela, las vacaciones en familia y si es un poco mayor, fotos del infante participando en los juegos deportivos y podríamos mencionar muchas actividades más.
Sin embargo, ¿Sabe usted qué consecuencias puede tener el subir una imagen de un menor de edad en las redes sociales?
Cuando se sube una foto de un menor de edad a la Web hay que tener en cuenta que son muchos los datos que se quedan almacenados y que pueden ser usados por ciberdelincuentes.
Las y los niños nacidos en la actualidad tendrán la mayor huella digital de la historia y es que un menor nacido en Reino Unido habrá aparecido en 70.000 publicaciones antes de cumplir los 18 años, según un informe realizado por el Comisionado de la Infancia de Inglaterra, datos que son totalmente equiparables para cualquier país del mundo.
La compañía de software especializada en ciberseguridad ESET, ha realizado un análisis de las principales amenazas a las que los menores se pueden enfrentar cuando se comparten sus fotografías en Internet, también llamada a esta conducta sharenting, nos advierte que una vez que se publica una foto en las redes sociales del hijo o hija, esa imagen deja de ser exclusivamente suya.
Esto es, los términos y condiciones de estas plataformas suelen establecer que en el momento en que se sube una imagen a su servidor son libres de utilizarla sin consentimiento. Aunque usted conserva los derechos de autor de la imagen, la plataforma -cuyos servidores alojan la imagen- es la propietaria de la licencia, o sea, la red social está autorizada a utilizar la imagen de la forma que considere oportuna.
Además, esta investigación indica que compartir la información o las imágenes de sus hijos e hijas en Internet puede dar lugar a un robo de identidad. Publicar la foto de una ecografía, que contiene información sensible, expone al menor a riesgos incluso antes de nacer ya que en la misma se puede ver el nombre de la madre, su probable fecha de nacimiento o su ubicación, con unos pocos clics, un delincuente puede descubrir la información personal de los padres, lo que conllevaría a un secuestro del recién nacido o el robo de identidad del bebé para futuras extorsiones económicas.
Las redes sociales no son responsables de eliminar los metadatos de las imágenes, es decir, la ubicación, entre otras y con ello un ciberdelincuente, que no necesita ser muy experimentado, puede obtener con facilidad la ubicación del pequeño, saber a qué colegio va, dónde vive, a qué actividades extra escolares asiste y dónde.
Publicar fotos de bebés desnudos aunque sea de lo más inofensivas, puede atraer a la gente equivocada y acabar en páginas de pornografía infantil.
Algo muy importante de tomar en cuenta es que no debemos publicar imágenes de nuestros hijos o hijas menores de edad en compañía de otros infantes, pues para ello tendríamos que pedir autorización a sus padres o tutores legales, pues estaríamos exponiendo su imagen públicamente, con todo y las consecuencias que hemos venido señalando.
Pero más allá, de las fotos o videos casuales que cualquier madre o padre puedan publicar en la Web, nos encontramos con los instamamis o instapapis, estos son los supuestos en que ambos progenitores están de acuerdo en publicar fotos de sus hijos e hijas menores de edad en diversas redes sociales de acceso público como Facebook, Instagram, Twitter o Tiktok, previamente creadas por ellos para tal efecto, llegando a publicar diariamente múltiples imágenes o videos de los y las menores de edad.
Muchas de estas cuentas computan cientos de miles de seguidores -los llamados influencers- convirtiéndose para las marcas en sugerentes formas de publicitar sus productos, llegando incluso, a convertirse en la principal fuente de ingresos de los padres.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, protege el derecho a la intimidad personal, familiar y a la protección de los datos personales de los infantes. No podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, tampoco de divulgaciones o difusiones de información a la opinión pública que permita identificarlos y que atenten contra su honra, imagen o reputación.
Son precisamente los padres o sus tutores quienes deben supervisar, orientar y en su caso restringir las conductas y hábitos que dañen a las niñas, niños y adolescentes, siempre encaminado a beneficiar el interés superior de la niñez.
La difusión de imágenes de los infantes y adolescentes es violatorio de derechos humanos, con estas acciones estamos violentando su derecho al honor, dignidad, a la intimidad personal, familiar y a la propia imagen, que son derechos fundamentales de las personas, sometiéndoles a una enorme presión mediática según el caso específico y exponiéndoles a ser sujetos de la delincuencia.
Es muy desafortunado que las madres y los padres hoy en día, utilicen a su decendencia como objeto de exhibición o como medio de ingreso económico, la sobre exposición de los menores de edad es una infracción legal, recordemos que no somos dueños de la imagen y de la intimidad de nuestros hijos e hijas…