Con miles de personas que trabajan a marchas forzadas las 24 horas del día, avanzan los trabajos en el nuevo Aeropuerto Internacional de Tulum, que estará administrado por el Ejército, para su inauguración el viernes con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegaría en un vuelo al mediodía de este 1 de diciembre.
A más de 20 kilómetros de la población de Muyil, en pleno corazón de la selva maya, se ubicará el aeropuerto de Tulum, una de las obras insignia que López Obrador se ha apresurado a inaugurar en su último año de Gobierno y que en realidad está en terrenos del municipio Felipe Carrillo Puerto.
La entrada a la terminal está sobre la carretera federal de la Riviera Maya hacia Chetumal, capital de Quintana Roo, pero hay que recorrer un camino de unos 12 kilómetros y atravesar tramos que aún están en terracería y en construcción, como el puente que conectará el aeropuerto con el Tren Maya, otra megaobra en proceso.
Durante un recorrido con medios, el Ejército permitió el acceso a todas las instalaciones e, incluso, aceptó el vuelo de drones porque aún no se han activado todos los protocolos de seguridad aérea, incluyendo las restricciones de vuelo para estos artefactos.
Cada rincón de la terminal aérea, la zona de pistas, los hangares, los caminos de acceso y los jardines están repletos de soldados, miembros de la Guardia Nacional y civiles que trabajan en las obras, cuyo monto total de inversión no se ha revelado.
Gran parte del mobiliario aún está en cajas o protegido con plástico, huele a pintura y, aunque muchos intentan sacudir el polvo, aún suenan los martillos y circulan por todos lados montacargas y maquinaria para agilizar el trabajo.
El capitán Luis Fernando Arismendi Hernández, del agrupamiento de ingenieros militares ‘Felipe Ángeles’, encargados de la construcción, expuso que el aeropuerto de Tulum tiene 1.500 hectáreas, de las que 300 corresponden a vialidades de interconexión desde la carretera federal 307 hasta la glorieta de acceso.
Fuente: El Universal