Los precios del petróleo subieron el viernes a máximos en más de siete meses y rompieron una racha de dos semanas de pérdidas, impulsados por las expectativas de reducción de la oferta.
Los mercados esperan ampliamente que Arabia Saudita prorrogue hasta octubre el recorte voluntario de la producción de un millón de barriles diarios (bpd), prolongando así la reducción de la oferta diseñada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, conocidos colectivamente como OPEP+, para sostener los precios.
Rusia, segundo exportador mundial de petróleo, ya ha acordado con sus socios de la OPEP+ recortar las exportaciones de crudo el mes que viene, dijo el jueves el viceprimer ministro, Alexander Novak.
El crudo Brent subió 1.72 dólares, ó 1.98 por ciento a 88.55 dólares el barril. Más temprano cotizó en 88.75 dólares, un máximo desde el 27 de enero, mientras que el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) ganó 1.92 dólares, ó 2.30 por ciento a 85.55 dólares, tras alcanzar los 85.51 dólares, su mayor nivel desde el 16 de enero.
El Brent repuntó cerca de 4.8 por ciento esta semana, la mayor alza semanal desde finales de julio. El WTI ha avanzó 7.2% en el período, su avance semanal más pronunciado desde marzo.
“Hay una comprensión de que la economía no se está cayendo del mapa, y hay señales de que la demanda está cerca de niveles récord”, dijo Phil Flynn, analista de Price Futures Group. “La gente tiene que afrontar la fría y dura realidad de que los suministros están por debajo del promedio”.
El apetito por el petróleo en Estados Unidos se ha mantenido firme, con un descenso de los inventarios comerciales en cinco de las últimas seis semanas, según encuestas realizadas por la Administración de Información de Energía estadounidense.
La desaceleración del sector manufacturero de la zona euro se atenuó el mes pasado, lo que sugiere que lo peor puede haber pasado para las fábricas del bloque, mientras que un repunte inesperado en China ofreció cierta esperanza a las economías dependientes de las exportaciones, según encuestas privadas.
La OPEP como la Agencia Internacional de la Energía confían en que China, el mayor importador de crudo del mundo, apuntale la demanda durante el resto de 2023, pero la lenta recuperación de su economía tiene preocupados a los inversores.
El resto de este año promete traer escasez de suministro, en parte debido a un consumo global razonablemente saludable y en parte a la determinación saudita de proporcionar un precio mínimo alto, dijo Tamas Varga del corredor petrolero PVM.
“A menos que la economía china experimente una reactivación segura el próximo año, el ánimo se deteriorará notablemente”, agregó.
Fuente: Milenio