Ha pasado casi una década de la presentación de estos antihéroes de Marvel en la pantalla grande. Personajes poco convencionales que se alejaban del héroe tradicional, al estilo del Capitán América, con un sentido del humor ácido y un tono más parecido al de ‘Deadpool’. Y ahora llega a las salas de cine ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’, la última aventura dirigida por James Gunn.
‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’ continúa la historia después de que Thor los abandonara, como se vio en ‘Thor Love and Thunder’. Ahora nuestros héroes están instalados en Knowhere hasta que sus vidas dan un giro cuando el pasado de Rocket Raccoon (Bradley Cooper) los alcanza, tal como se vio en el trailer. A la vez, Peter Quill (Chris Pratt) sigue procesando la pérdida de su Gamora, pero debe dejar ese tema a un lado para poder volver a la acción.
De hecho, la película va a centrar el protagonismo en Rocket para descubrir cómo es que nació, el pasado que lo acecha y el porqué es tan hábil en batalla, así como su relación con el Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji), el gran villano de la película.
La película comienza con un gran ritmo. La parte musical, propia de esta trilogía, ayuda a que este proceso del inicio parezca más rápido y a la vez nos introduce de gran manera en el dónde y cómo se encuentran nuestros protagonistas.
Tan rápido como acaba la primera canción, empieza la acción en donde hace su primera aparición Adam Warlock como un ser todo poderoso que por momentos puede igualar el poder de los Guardianes en conjunto.
En los últimos meses, las películas de superhéroes parecen haber caído en cuanto a interés del público, como en calidad de sus historias y efectos especiales. Por ello, resulta refrescante un estilo como el de ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’ que sabe mezclar a la perfección las cualidades de sus protagonistas y, en la mayoría de las ocasiones, una buena comedia.
Además, James Gunn, el director de la película, añade a la trama el argumento de la nostalgia. Tema que vemos desde el trailer, que se ve reflejado en la película a través de canciones y recuerdos, y que se transmite hasta en los créditos finales.
La combinación de nostalgia, acción y risas nos dan un producto balanceado y que nos mantiene tensos por la preocupación que logra transmitir cada que nuestros personajes están en peligro y, a la vez, es una puesta en escena muy entretenida y con un buen ritmo a pesar de las dos horas y media de duración.
También, cabe destacar que este resultado tiene que ver con que se siente como el cierre de una trilogía y una película que actúa para sí misma y no para todo un universo cinematográfico, cuestión similar a lo ocurrido en ‘Black Panther: Wakanda Forever’. Cosa que como público se agradece.
Fuente: Xataka
