Carlos III será oficialmente coronado dentro de dos semanas en Londres, en una ceremonia cargada de tradición pero que el rey británico quiere más sencilla y moderna que la de Isabel II hace 70 años. Y que despierta mucho menos interés.
Su coronación, el 6 de mayo en la Abadía de Westminster ante 2 mil invitados, entre jefes de Estado, cabezas coronadas y miembros de la sociedad civil, tendrá lugar ocho meses después de su llegada al trono a la muerte de su madre, que reinó durante siete décadas.
La coronación de la jovencísima Isabel II en 1953 contó con 8 mil invitados, un carruaje del siglo XVIII y duró tres horas.
La de Carlos III, un monarca a la vez nuevo y viejo, que a sus 74 años llevaba tiempo reemplazando a su madre, se limitará a poco más de una hora y tendrá elementos modernos como una carroza con aire acondicionado y un óleo vegano.
Pero si la coronación de Isabel II fue seguida en la BBC por 27 de los entonces 36 millones de británicos, ahora 64% afirma no estar interesado, según una encuesta de YouGov.
En un Reino Unido en plena crisis, con una inflación que no baja del 10%, otro sondeo mostró que para un 51% de británicos la ceremonia no debería pagarse con dinero público.
No habrá “prodigalidad ni exceso”, prometió el ministro del gabinete Oliver Dowden. Pero “es un momento maravilloso en nuestra historia y la gente no querría vernos escatimar”, agregó.
Carlos III, cuyo papel es meramente ceremonial y sin poder político, llega al trono en un Reino Unido enfrentado a múltiples desafíos.
Fuente: Milenio
