Adela Ramos Juárez, diputada federal de Morena, denunció que es amenazada por su coordinador parlamentario, Ignacio Mier, por haber votado en contra de la reforma constitucional en materia electoral, y lo acusó de crear una “campaña de odio en su contra”.
Desde el Palacio Legislativo de San Lázaro, la legisladora sostuvo que “es mi derecho a ejercer la libertad de pensamiento y de expresión. Votar en contra de una reforma no es traicionar al pueblo ni fallarle, porque yo no lucho por el poder, sino por el pueblo, yo no lucho con violencia, sino con la voz del pueblo”.
Reprochó que “nosotros como diputados y diputadas nos debemos al pueblo y antes que simplemente levantar la mano, debemos de actuar con principios y valores y bajo la tesitura de lo que más beneficie a la gente”.
Denunció que Ignacio Mier “ha generado un ambiente de odio y encono contra mi persona y ha mandado a muchas personas a amenazarme, por lo que lo también lo hago responsable de cualquier cosa que me suceda a mí, a mi familia y a mis amigos”.
“Desde que empezó esta legislatura, esta persona ha estado violentándome, negándome el derecho de subir a tribuna, para no poder defender ningún dictamen; además, ya fui multireferida sobre la sustitución en la Comisión de Vigilancia de la ASF y hay una demanda por haberme dado de baja de esta instancia de manera ilegal y arbitraria”, informó.
Acusó que “el único ejemplo que es Mier Velazco es de corrupción e ineptitud”, por lo que llamó a sus compañeros diputados a “exigir su remoción como coordinador y nombrar a alguien que trate a todos por igual y que ame la transformación y quiera el proyecto”.
Expresó que la reforma electoral “debió haber sido sustentada en foros, mesas de debate y demás instrumentos de participación, donde se considerarán las voces de todos los actores y expertos en la materia”.
“La perspectiva de una reforma política electoral que de verdad beneficie al pueblo pudo haberse realizado bajo un consenso, sin autoritarismo, contrario a cómo lo hizo nuestro coordinador, porque él es una persona que no genera acuerdos, solo genera división en Morena y nos trata como borregos levanta manos, con servilismo”, afirmó.
Por eso, “debemos recordar que la representación política de los partidos minoritarios se da a través de esta figura y si se eliminan, entonces caeríamos en los tiempos pasados en los que un solo partido manejaba el país, no existiría oposición y entonces quién exigiría transparencia al gobierno”, asentó.
Agregó que la disminución de consejeros del INE y la elección por voto de ellos y de los magistrados electorales “resultaba inviable, pues se daría más poder a menos personas; eso es centralismo y es preciso que los órganos colegiados tengan más integrantes para tener más opiniones y menos concentración de poder”.
Además, dijo, “someter a votación a los consejeros y magistrados dejaría muchas dudas respecto de que si mejores perfiles son los que realmente ganaron y la metodología propuesta en donde las propuestas vendrían de los poderes Ejecutivo y Legislativo resultaba aún más dudosa que la ruta con la que se eligen actualmente, ya que te prestaría a que el gobierno o el propio crimen organizado financiara a sus favoritos e impusiera a las personas que les fueron más leales”.
También apuntó que “la reforma debilitaba no sólo al INE, sino a las propias instituciones electorales que han contado años de esfuerzo construir”. “Irónicamente al quitar las Oples y darle la atribución al INE de llevar a cabo las elecciones de cada estado, el presupuesto aumentaría muchísimo, tendría que ser al menos tres veces más de lo que está en la actualidad, lo que haría más cara la democracia”, según estimó.
Fuente: El Financiero