En su visita a México, el presidente de Chile, Gabriel Boric, le pidió a presidente mexicano, que se exprese sobre la violación de los DDHH.
En un discurso pronunciado ante el Senado mexicano, Gabriel Boric habló sobre la defensa de la democracia y el respeto por los Derechos Humanos en la región Latinoamericana, refiriéndose específicamente al caso de Nicaragua.
En este sentido, comento que: “no podemos mirar para el lado, ante la existencia de presos políticos en Nicaragua. Cuando se violan los Derechos Humanos en pueblos de América Latina, uno no puede callar, y reconozco que en Chile también tenemos ese tipo de violaciones”.
El presidente Boric comentó, además, que: “debemos solucionar los problemas políticos y de convivencia, siempre con más democracia y no con menos”. Palabras que, por cierto, estimularon comentarios por parte de algunos senadores. Pero Boric les contestó: “no me corresponde a mí involucrarme en política interna mexicana”.
En otro orden de ideas, el presidente chileno aprovecho su visita, así como su espacio para dialogar en el Senado mexicano, para conversar sobre otros temas, como la transición energética, la crisis climática, la igualdad de género, el combate a la violencia y la lucha contra el narcotráfico, entre otros.
Actualmente, el mapa político en Latinoamérica es mayoritariamente rojo, de izquierda. Pero cada nación con un presidente de tendencia izquierdistas posee características muy diferentes. Si en su mayoría de auto definen como progresistas o de izquierda, al ir a las individualidades encontraremos diferencias sustanciales, en su concepción de los que es la nueva izquierda Latinoamericana.
En el caso de Cuba, Nicaragua y Venezuela, la falta de libertades y la violación sistemática de los Derechos Humanos, es un estilo radical de hacer política de izquierda, una constante, que ha sido —incluso— denunciada por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Para los demás presidentes de izquierda, los que se han manejado respetando la alternancia en el poder, la cosa es distinta y variopinta. Precisamente por mantener estilos muy marcados, como el caso de Andrés Manuel López Obrador, en México; y Gabriel Boric, en Chile; sin dejar de lado el estilo de Alberto Fernández, en Argentina; o Xiomara Castro, en Honduras; o Luis Arce, en Bolivia. Además, en este contexto ahora sobresalen las figuras de Gustavo Petro, en Colombia y Luiz Inácio Lula da Silva, recién electo en Brasil, con un estilo —aparentemente— más moderado para ejercer el poder.
Evidentemente, todos poseen estilos y concepciones muy diferentes, sobre lo que significa gobernar desde una posición ideológica de izquierda. Postura que hoy —sin lugar a dudas— es una estructura que ha abierto su abanico de posibilidades y de flexibilización en lo dogmático.
En este contexto tan diverso, precisamente el discurso de Gabriel Boric ante el Senado mexicano, tuvo un punto de encuentro común. Pues hizo un llamado a la unidad Latinoamericana, al igual que lo hicieran en su momento, los ministros de la Alianza del Pacífico, recientemente reunidos en México.
En este sentido, Marcelo Ebrard, secretario mexicano de Relaciones Exteriores, anunció que: “la cita a nivel presidencial de este organismo de integración comercial se llevará finalmente a cabo en Perú. Y la fecha está por definirse en las próximas semanas”.
Ebrard agregó que varias naciones han mostrado interés en incorporarse a la Alianza del Pacífico. Actualmente esta Alianza está conformada solo por Chile, Colombia, México y Perú. Pero hay la posibilidad de que se sumen Canadá, Corea del Sur y Singapur.
En todo caso, la izquierda Latinoamericana no es una sola, es amplia y diversa, con marcados matices. Más los intereses comunes deben ser más relevantes que las ideologías. Por lo que el discurso de Gabriel Boric llamando a la unidad Latinoamericana, debería convertirse en el norte común a alcanzar, pues son más las semejanzas que las diferencias entre los pueblos de la región.
Fuente: El Político