Alí Adalí Prado Valladares, de 35 años de edad, se salvó de una amputación de pierna a causa de la diabetes. Un revolucionario tratamiento basado en un injerto de piel de tilapia fue lo que le dio la oportunidad de recuperarse de las complicaciones del pie diabético.
Alí Adalí comentó que tras resignarse a perder el pie y conocer el diagnóstico de amputación de la pierna, tomó la decisión de optar por este tratamiento que ha mejorado su calidad de vida.
La investigación fue realizada por Alicia Barajas Pozos, investigadora de la Facultad de Enfermería (FEn) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), quien ofreció dicho tratamiento que, en países como Brasil están autorizados, y en México aún se investiga su efectividad.
Sin embargo, a través de los resultados observados en casos como los de Alí, son evidentes las ventajas que tiene, pues el colágeno que aporta la piel de tilapia es tipo 1 que, entre otras cosas, quita el dolor, es protector de terminaciones nerviosas, es económica y fácil de conseguir.
“Hay que traer la tilapia como parte del cuidado de las heridas, porque ahora lo estamos haciendo, pero tenemos que demostrar que funciona, ¿qué es lo que nos proporciona la tilapia? El colágeno que nosotros los humanos producimos y por eso tiene mucho éxito”, expresó Barajas Pozos.
Además, la docente universitaria recalcó que, comparado con otros procedimientos, el injerto de piel de tilapia tiene un costo mínimo, si se toma en cuenta que, por ejemplo, Alí y su familia han invertido 2 mil 700 pesos, en comparación con otros injertos que llegan a costar hasta 4 mil 500, de los cuales, se hubieran tenido que ocupar, en este caso, hasta 15.
También, Barajas Pozos, quien imparte la materia Abordaje Integral de Pacientes con Heridas II, acompañada por Dessireé Martínez Botello, coordinadora de la Maestría en el Manejo Clínico Avanzado de Heridas, Estomas y Quemaduras, celebró que estudiantes de la primera generación de este posgrado, fueron quienes participaron en la colocación de este material, lo que les ayudará, dijo, a formarse en esta clase de procedimientos.
Ésta fue la sexta sesión en la que Alí Adalí se sometió al injerto, el cual se coloca, en su caso, cada 15 días y que ha tenido una gran mejoría de cómo lo atendieron la primera ocasión -a principios de agosto pasado-, pues de la herida de 33 centímetros de largo y 19 de ancho que presentó en aquella ocasión, a noviembre midió 17 de largo y solo 7 de ancho.
Por esta razón, pretenden publicar los resultados y dar un paso adelante en la investigación de este injerto en el país.
Fuente: Milenio