El Informe Planeta Vivo 2022 de World Wild Fund (WWF) confirmó que el mundo ya atraviesa una profunda crisis de cambio climático y de pérdida de biodiversidad, por lo que advirtió que esta es nuestra última oportunidad para actuar.
De acuerdo con el informe, Latinoamérica registra el mayor declive regional de la abundancia poblacional, mientras que poblaciones completas comienzan a extinguirse en todo el mundo, por repercusiones del cambio climático.
“Estamos siendo testigos de las primeras extinciones completas de especies. El sapo dorado se extinguió en 1989 después de muchos días sin la niebla habitual en la selva tropical de Costa Rica.
“El melomys de Bramble Cay, un pequeño roedor que vivía únicamente en una pequeña isla entre Australia y Papúa Nueva Guinea, fue declarado extinto en 2016 después de una subida del nivel del mar y una serie de grandes tormentas que inundaron su hogar, acabaron con las plantas de las que se alimentaba y destruyeron sus lugares de cría. Se prevé que cada grado de calentamiento aumente pérdidas como estas”.
El informe indicó que las poblaciones de vida silvestre monitoreadas -mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces- han sufrido una devastadora caída del 69 por ciento en promedio entre 1970 y 2018 en todo el planeta; por especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general a nivel mundial, con un 83 por ciento, indica el informe.
“Un millón de especies vegetales y animales están en peligro de extinción. Entre el 1 y el 2.5 por ciento de las aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces ya se han extinguido; la abundancia de sus poblaciones y su diversidad genética han disminuido y las especies están perdiendo sus hábitats debido a cambios en el clima”, mencionó.
El reporte indica que los principales factores directos de la degradación de los sistemas terrestres, marinos y de agua dulce son los cambios de uso del suelo, la sobreexplotación de plantas y animales, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.
“Estos factores directos de la pérdida de biodiversidad, así como la degradación de los ecosistemas y sus servicios, están producidos por la demanda creciente de energía, alimentos y otros materiales a causa del rápido crecimiento económico, el incremento de la población, el comercio internacional y la elección de tecnología, especialmente en los últimos cincuenta años”, destacó.
El informe destaca que la Tierra ya se ha calentado 1.2 °C desde la época preindustrial, y aunque hasta la fecha, el cambio climático no ha sido un factor dominante de la pérdida de biodiversidad, si no limitamos el calentamiento a menos de 2 °C, preferiblemente 1.5 °C, es probable que en las próximas décadas el cambio climático se convierta en el principal factor de la pérdida de biodiversidad y de la degradación de los servicios ecosistémicos.
“Alrededor de un 50 por ciento de los corales de aguas cálidas ya se han perdido debido a una combinación de factores. Un calentamiento de 1.5 °C tendría como consecuencia la pérdida del 80-90 por ciento de los corales de aguas cálidas, mientras que un calentamiento de 2 °C provocaría una pérdida de más del 99 por ciento”, señaló.
WWF subrayó que los progresos para conservar y restaurar la biodiversidad han fracasado en todos los países; lamenta que ninguna de las veinte metas de biodiversidad de Aichi para 2020 se ha cumplido completamente y, en algunos casos, la situación en 2020 era aún peor que en 2010.
“Del mismo modo, no estamos siendo capaces de cumplir el objetivo de París de no llegar a los 2 °C; los compromisos actuales nos ponen en camino hacia un calentamiento de 2-3 °C, o incluso más. Para estar en la senda de los 1.5 °C se requiere que las emisiones actuales se reduzcan en un 50 por ciento para 2030 y alcancen las cero emisiones netas para mediados del siglo. Lamentablemente, tenemos todas las probabilidades de superar los 1,5 °C antes de 2040”, alertaron.
Además, se resaltó que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicó recientemente una síntesis actualizada sobre las repercusiones del calentamiento global en las especies silvestres y los ecosistemas en los que viven.
Entre las repercusiones se cuentan las crecientes olas de calor y sequías, convertidas en fenómenos sumamente mortíferos para árboles, aves, murciélagos y peces.
En Australia, en un solo día caluroso en 2014, murieron más de 45 mil zorros voladores. Los cambios en el clima también se han relacionado con la pérdida de poblaciones enteras de más de mil especies vegetales y animales.
El documento advierte que no todas las especies están sufriendo a causa del cambio climático, pero se trata de plagas que deterioran la salud de los ecosistemas, provocando muerte masiva de árboles y la aparición de nuevas enfermedades.
“Los escarabajos y las polillas que atacan los bosques están sobreviviendo mejor con los inviernos más cálidos y reproduciéndose más veces al año, pues el periodo de cría es más prolongado, lo cual está provocando la desaparición masiva de árboles en las zonas templadas y boreales de América del Norte y Europa. Además, muchos insectos y gusanos que producen enfermedades tanto en las especies de flora y fauna como en los seres humanos se han trasladado a nuevas zonas y están provocando la aparición de nuevas enfermedades en el Ártico superior y en las regiones montañosas del Himalaya”, resaltó.
Además, se indicó que el calentamiento está modificando las funciones de los ecosistemas, activando procesos ecológicos que, por sí mismos, con el tiempo, generan más calentamiento, se trata de un proceso denominado “retroalimentación climática positiva”.
Con el aumento de los incendios, los árboles que mueren por culpa de la sequía y las plagas de insectos, las turberas que se secan y el permafrost de la tundra que se deshiela, se libera más CO2 a medida que el material vegetal se descompone o se quema. Por este motivo, sistemas que históricamente habían sido grandes sumideros de carbono se están transformando en nuevas fuentes de carbono.
“Cuando esos procesos ecológicos alcancen el punto de no retorno serán irreversibles y conducirán a nuestro planeta a un calentamiento continuo cada vez mayor. Ese es uno de los mayores riesgos de sobrepasar los umbrales acordados internacionalmente para un cambio climático peligroso –exceder un umbral definido de calentamiento durante al menos una década o más–, lo cual supondrá un desastre para la sociedad y para gran parte de la flora y fauna de nuestro planeta”, alertó el informe de WWF.
Fuente: Milenio