Según los primeros reportes, al menos 10 personas resultaron heridas -ocho de ellas con fracturas- luego de que la estructura del techo en la tribuna Cordillera cediera por el exceso de peso, esto después de que fanáticos se ubicaran indebidamente en el área mientras alentaban al cuadro que realizaba un entrenamiento público en el campo del reducto de Macul.
El hecho se dio a conocer rápidamente a través de registros en redes sociales, donde se aprecia cómo dos grandes letreros publicitarios del sector Cordillera caen en el sector quedando a pocos metros de aplastar a un número considerable de asistentes.
La situación provocó la llegada de equipos de emergencia y bomberos, suspendiéndose la práctica a puertas abiertas del cuadro dirigido por Gustavo Quinteros.
El incidente se produce a misma semana en que barras de Universidad Católica provocaron la interrupción del encuentro ante Universidad de Chile por los cuartos de final de Copa Chile, luego de lanzar fuegos artificiales que impactaron en el portero laico Martín Parra, generándole un severo trauma acústico del que se está recuperando.
Durante la última temporada, el fútbol chileno ha registrado numerosos actos de violencia perpetrados por barras bravas, hechos que han motivado a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y la Federación Nacional de Fútbol (ANFA) a cerrar los estadios para los encuentros más complejos.
Sin embargo, los arengazos son permitidos por las autoridades en tanto se han realizado en múltiples ocasiones, con una planificación anticipada en la que se establece un aforo limitado.
Fuente: ESPN