Los precios del petróleo subían más de 1 por ciento el martes, desde un mínimo de nueve meses del día anterior, apoyado por las restricciones de la oferta en el golfo de México antes del huracán Ian y por un ligero debilitamiento del dólar estadunidense.
Las expectativas de los analistas de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, conocida como OPEP+, puedan recortar de la oferta en su reunión del 5 de octubre también sirvieron de apoyo. Los futuros del Brent avanzaban 1.26 dólares, o 1.5 por ciento, a 85.32 dólares por barril.
El lunes había caído a 83.65 dólares, su nivel más bajo desde enero. Los futuros del estadunidense West Texas Intermediate (WTI) subía 1.06 dólares, o 1.4 por ciento, a 77.77 dólares.
El petróleo se disparó a principios de 2022, y el Brent se acercó a un máximo histórico de 147 dólares en marzo, después de que Rusia invadió Ucrania, lo que aumentó la preocupación por el suministro. Desde entonces, el temor a la recesión, las altas tasas de interés y la fortaleza del dólar han pesado sobre el barril.
“El petróleo está actualmente bajo la influencia de las fuerzas financieras”, dijo Tamas Varga, del corredor petrolero PVM.
“Mientras tanto, los repuntes de alivio, como el de esta mañana provocado por el huracán Ian en el golfo de Estados Unidos, se consideran fenómenos temporales”.
Una pausa en la fortaleza del dólar, que había alcanzado un máximo de 20 años, proporcionó cierto apoyo. Un dólar fuerte encarece el crudo para los compradores que utilizan otras divisas y tiende a pesar sobre los activos de riesgo. Los recortes de la oferta volvieron a ser el centro de atención el martes, lo que supuso un cierto apoyo.
BP y Chevron dijeron el lunes que cerró la producción en las plataformas marinas del golfo de México ante la proximidad del huracán Ian. La caída de los precios ha hecho que se especule con la posibilidad de que la OPEP+ intervenga. El ministro de Petróleo de Irak dijo el lunes que el grupo estaba vigilando los precios y que no quería un aumento brusco ni un colapso.
Fuente: Milenio