Después de tres años de espera, el mundo de fantasía épica creado por George R.R. Martin vuelve a la pantalla mañana para ofrecer la tan esperada precuela de Game of Thrones (GOT): House of the Dragon (La casa del dragón).
La idea de sus creadores es posicionar a un grupo de mujeres poderosas en el centro de la historia para explorar este universo alrededor de temas actuales como la misoginia y el patriarcado.
Una de las primeras escenas que tendrá eco a lo largo de esta primera temporada: una mujer es nombrada heredera del trono de hierro, la princesa Rhaenyra (interpretada por Milly Alcock de niña y como adulta por Emma D’Arcy), hija del rey Viserys Targaryen. Rhaenyra será desafiada por su propia familia; veremos una temporada en la que la casa Casa Targaryen está en una guerra interna.
“Abordamos el patriarcado, las mujeres y el poder. Una pregunta fundamental de la serie es: si eres una mujer que busca gobernar, ¿cómo deshaces esas etiquetas perjudiciales? Estamos en un mundo en el que la feminidad equivale a maternidad, deber, trabajo y docilidad. ¿Cómo deshaces esa máquina propagandística?, ¿Cómo te convences? ¿Y cómo convences a los hombres?”, dijo Emma D’Arcy en entrevista para MILENIO.
“No sé si la serie tiene la respuesta, creo que se las arregla para asentarse en la complejidad; por eso es que tiene tanta relevancia hoy, porque estamos estableciendo complejidad y es real que todavía elegimos líderes masculinos”, agregó D’Arcy, sobre el eje que mueve la primera temporada de House of the Dragon.
“George Martin dijo que su idea surgió de la historia medieval inglesa y es ridículo cómo todavía resuena este tema. Hablamos mucho sobre Hillary Clinton y este escenario ridículo de que alguien sea el más calificado para el trabajo; sin embargo, se pasa por alto debido a su género”, dijo Eve Best, sobre el impacto de una serie como GOT, al grado de que la ex candidata presidencial de Estados Unidos se comparó con Cersei Lannister.
De ahí la importancia de ver personajes femeninos poderosos en House of the Dragon. “Estos temas son como agua turbia y es importante explorarlos y, con suerte, reescribir la historia; supongo que parte de la trayectoria de la serie comienza con esta verdad central sobre el sistema en el que estamos: los hombres preferirían quemar los reinos antes que ver una mujer sentada en el Trono de Hierro, todo se desmorona y es ahí donde comenzamos”, agregó Best.
El regreso de la historia genera fuertes expectativas, Game of Thrones posee uno de los fandoms más fuertes alrededor del mundo y de ahí la presión que recae sobre el elenco y los showrunners, Ryan Condal y Miguel Sapochnik.
Parte fundamental de abordar esta historia con respeto tiene que ver con marcar una diferencia: “Esta primera temporada no intenta retomar el show anterior en términos de escala, tamaño y alcance. Es una historia de guerra, no es que vaya a faltar en eso; fue importante comenzar de una manera un poco más discreta, después vendrá lo demás”, explicó Miguel Sapochnik, quien también dirige algunos episodios.
Parte del atractivo visual de House of the Dragon es la variedad de dragones. Martin comentó que en esta serie el público conectará con esta magnificencia, pues habrá 17 dragones –10 en la primera temporada–, los cuales tendrán una estética un tanto distinta a lo visto en GOT, serán más coloridos y tendrán personalidades que los vinculan con sus jinetes.
“Recuerdo que estaba de muy mal humor, llegué a mi primer día de llamado y vi ese enorme animatrónic que se eleva 10 pies en el aire y en el que puedes planear una ruta de vuelo, mi estado de ánimo cambió de inmediato, es muy divertido. Este es un programa muy oscuro, pero esa parte fue pura alegría y tuve que borrar la sonrisa de mi rostro, porque no era apropiado”, recordó Emma D’Arcy de su primer día sobre un dragón.
Eve Best comentó que se puso feliz cuando supo que iba a ser jinete de dragón: “Aunque en el penúltimo día del rodaje, estaba tan cansada y aún había dos escenas intensas, tenía que estar montada en el dragón y estaba exhausta y sin ganas, porque realmente no me gustan ese tipo de atracciones, hay mucho viento y estás en lo alto, atada a esta silla; fue muy divertido al final y, sí, lo haría de nuevo”.
Fuente: Milenio