Edgard González Suárez
Todo parece indicar que los esfuerzos políticos están centrados en el Estado de México, quizá una de las victorias electorales estratégicamente más importantes, que se expandirá hacia quien la logre y, seguro tendrá un alcance hasta la elección presidencial.
Desde ahora hay dos claras interpretaciones, por un lado, MORENA festina que la oposición en el estado de México este desarticulada, enfrentada y sin un candidato de arrastre electoral y por el otro, la oposición se debate entre si ir aliada como bloque opositor o asistir a la contienda de manera separada.
En ambos casos, la prospectiva puede ayudar, pero también puede resultar engañosa. Por ejemplo, el estado de México es el último bastión del PRI, entidad que ha sido gobernada desde hace más de 88 años por ese mismo partido, y según sus panegíricos, el control político, en esa entidad, es de lo más diverso y despiadado. Y no van a permitir que se los arrebaten.
El grupo político que actualmente controla el estado de México ha tenido una visión patrimonialista, autoritaria y marcadamente corrupta. La policía estatal y municipal son de las más desprestigiadas, conocidas nacional e internacionalmente por sus abusos físicos, administrativos, por el tráfico de favores y de dinero.
En el estado de México viven cerca de 12 millones de personas, pero tiene el segundo producto interno bruto con 1.48 billones de pesos, siguiendo a la Ciudad de México que cuenta con 2.8 billones de pesos. Esto quiere decir que es una entidad que aporta una buena parte al PIB nacional, que es una entidad productiva, desarrollada, y puede presumir de algunas fortalezas, como plantas y parques industriales, redes comerciales a gran escala, enclaves culturales y turísticos, y consolidando sus instituciones educativas. Tiene un presupuesto de 303,120 millones de pesos (trecientos tres mil, ciento veinte millones de pesos anuales para 2021), solo para darnos una idea, Veracruz tiene solo una tercera parte de ese monto, 128 mil 420 millones de pesos (2021).
En suma, es una de las entidades federativas más importantes para la nación, en muchos aspectos y sentidos.
Sin embargo, en el Estado de México, podemos observar también, qué a pesar de estar gobernada por el mismo partido durante más de 80 años, se visualizan contrastes alarmantes como pobreza extrema, violencia común y organizada, más de 10 mil carpetas de investigación por homicidio doloso, crisis estructural en el transporte público, los mexibuses y los teleféricos prometidos con Alfredo del Mazo, nunca llegaron, servicios de salud deficientes y en abandono. Los niveles salariales son de los más bajos, y cerca del 25 por ciento de su población trabaja fuera del estado de México, lo que obliga a empezar jornadas diarias desde las 4 de la mañana para poder llegar a sus lugares de trabajo.
Siendo una entidad estratégica, es obvio que la lucha electoral resulte una de las más peleadas. Para que pueda ganar el PRI nuevamente en esa entidad será necesario y obligado mantener la unidad, tanto en las élites dominantes como en las bases ciudadanas. La más pequeña fractura podría significar una de las derrotas más importantes para ese partido. Y al mismo tiempo, la victoria más contundente de la 4T en visos de la elección presidencial del 2024.
