El presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió este jueves a revisar el tema de la prohibición de taxis por aplicación como Uber, Didi, Cabify o Beat en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Cuestionado sobre este tema en la conferencia de prensa matutina, el mandatario mexicano aseguró que no sabe por qué las autoridades del AICM tomaron esa decisión y que su gobierno lo que busca es ayudar a la ciudadanía.
“Nosotros buscamos resolver problemas y ayudar a la gente, a todos los ciudadanos; sin embargo tenernos que estar enfrentado a grupos intereses creados, mafias grandes y pequeñas, corrupción, contrabando, muchas vicios”, dijo AMLO desde Palacio Nacional.
Esta semana, la ‘guerra’ contra las aplicaciones de transporte privado en el Aeropuerto ‘Benito Juárez’ llegó a un nuevo nivel con amenazas de multas de hasta 43 mil pesos a quien ofrezca estos servicios dentro de las instalaciones del aeródromo capitalino.
Dentro del AICM se colocaron carteles en lo que se señala que está prohibido prestar el servicio o abordaje de pasajeros en taxis de plataforma digital.
La Comisión Federal de Competencia (Cofece) explica que en los aeropuertos en México opera un modelo de acceso restringido para el transporte de pasajeros.
El permiso para prestar ese servicio tienen que ser expedido por la ahora Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Además, se tiene que firmar un contrato con los administradores de la terminal aérea en cuestión “en el cual se establecen los pagos y contraprestaciones por estos servicios”.
La Cofece señala que los requisitos para obtener este aval son:
Contar con un permiso federal otorgado de manera individual por la SICT
Obtener la autorización del aeropuerto para operar dentro de la terminal aérea y el estacionamiento, considerados por ley como zona federal.
La autorización es dada solo si cada permisionario:
Firma un contrato individual de derecho de acceso a dicha zona
Pertenece a una agrupación de taxistas o sitio
Dicha agrupación tiene un contrato moral con el aeropuerto.
Fuente: El Financiero