Costa Rica, Nicaragua y Panamá están alerta y han activado sus equipos de socorro ante los efectos del potencial ciclón tropical Dos, que se encuentra ya en el suroeste del mar Caribe y se espera que se fortalezca en su camino hacia Centroamérica hasta convertirse en la tormenta tropical Bonnie.
Las autoridades de Nicaragua han informado de que tienen listos más de 300 centros de albergues temporales, y que no se puede zarpar de forma indefinida de los 11 puertos más importantes del país, tanto en el Caribe como Pacífico.
La vecina Costa Rica ha establecido una alerta naranja para casi todo el territorio ante la llegada de Bonnie este viernes, día en que han sido suspendidas las clases a partir del mediodía como medida preventiva ante las lluvias que se prevé se prolonguen hasta el sábado.
La Comisión Nacional de Emergencias costarricense ha activado la labor de comités locales de emergencias, el traslado de personal y provisiones a las zonas que se prevé serán las más afectadas, así como la revisión de 200 lugares que podrían funcionar como albergues ante una emergencia. La última vez que Costa Rica sufrió el impacto directo de un huracán fue en el 2016, cuando Otto ingresó por la costa del Caribe, atravesó el país y salió al Pacífico.
En Panamá, el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) ha activado sus equipos operativos en las provincias de la costa Caribe, entre ellas las fronterizas con Costa Rica, ante el aumento de la inestabilidad del tiempo producto de los efectos colaterales por el paso del ciclón tropical Dos.
Asimismo, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) ha emitido un aviso preventivo —vigente hasta el próximo sábado— a las embarcaciones menores y yates de placer para que aumenten sus medidas de precaución en costas o mar adentro del litoral del Caribe.
Las lluvias asociadas a los huracanes Eta e Iota, que asolaron parte de Centroamérica en noviembre de 2020, causaron una veintena de muertos y daños millonarios a la agricultura en Panamá.
Fuente: Milenio