Por: Edgard González Suárez
El caso de la desaparición y muerte de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, una chica desaparecida el 8 de abril y luego encontrada muerta el 21 de abril en el municipio de Escobedo Nuevo León, ha generado una de las indignaciones sociales más notables de los últimos años.
El caso catapultó la auténtica desgracia y drama que vive el Estado de Nuevo León donde según los colectivos de búsqueda, organizaciones feministas y cifras oficiales, tiene en su cuenta ya más de 350 desaparecidas, todas ellas mujeres, en edades, que oscilan, entre los 12 y los 29, años de edad.
Me parece necesario destacar que para efectos de una mejor comprensión del fenómeno debemos analizar, es decir, operar por separado, las posibles dimensiones del problema.
Este fenómeno debe ser comprendido en sus distintas dimensiones: La presencia y dominio del narcotráfico en Nuevo León, y el altísimo consumo de estupefacientes en Monterrey y su zona metropolitana; el negocio creciente de la trata en aquella zona del país, que por su cercanía con la frontera a los Estado Unidos y a Tamaulipas, se vuelve un corredor de la desaparición y muerte en sus carreteras y salidas hacia esos lugares; una clase media alta y las élites de Monterrey dominadas por las luces estroboscópica del placer, los lujos, la diversión y el consumo material sin medida; la cultura machista que se niega a aceptar las violencias físicas y simbólicas generadas por esa cultura, y al mismo tiempo, una cultura que se niega a aceptar nuevos derechos y formas de representación social de las jóvenes mujeres; la ineficiente y corrupta colusión de autoridades y corporaciones policiacas locales. Para que florezca el narcotráfico y la trata, se requiere necesariamente de la colusión de autoridades políticas, municipales, estatales y federales, en caminos, aduanas, inspecciones, etc.; la falta de organizaciones colectivas más amplias que las feministas, que verdaderamente integren a diversos sectores de la sociedad, no solo en marchas de protesta, sino en circuitos de reflexión para tratar el tema, sacar conclusiones y emprender planes de acción ciudadana.
Aquí, solo algunas dimensiones que me vienen a la mente, y que requieren de tiempo para su abordaje. Sin embargo, lo que pude percibir de la información en redes sociales y televisión, fue la enorme soledad de la familia de Debanhí en su lucha.
A través de medios de comunicación como Milenio, El Norte, Telediario, El Universal, Reforma, TV-Azteca y Televisa, la cobertura puso el acento en la desaparición, la búsqueda, el hallazgo, el sepelio, y el cuestionamiento -muy leve- a la fiscalía del Estado. Todos los medios, sin excepción, dijeron que fue el padre de Debanhí el que cuestionó la actuación de la fiscalía. Ninguno se permitió llamar a la reflexión profunda, a la organización de paneles de discusión, a buscar enfoques y salidas a la problemática. Fue triste y vergonzoso ver al padre de la chica gritar desesperado, solo, muy solo, gritándole a todos y a la vez a nadie, que tipo de búsqueda realizaron -los miembros de la fiscalía- si ya habían inspeccionado la zona más de 4 veces.
La chica desapareció el día 8 o la madrugada del día 9. El día 12 hubo una detención fallida, entre el día 8 y 14. Seis días después de la desaparición, alguien (no sabemos si los concurrentes a la fiesta, si gente del entorno de la chica, no sabemos si fue la fiscalía) empezó a filtrar información a través de médiums. Hice el monitoreo de seis supuestas médiums, y todas, ya el 14 de abril, mediujjessi11, médium clarividente aseguró que la chica estaba muerta, golpeada en cuerpo y cara, atacada por un hombre de 27 a 30 años, arrastrada y víctima de un ataque brutal. ¿Quién le dio esa información? El día 15 de abril, dos videntes Mhoni Vidente y el Tarot de Kary, el mismo día y con tres horas de diferencia, sostuvieron: la joven esta muerta, una pelea de amigas, por celos, odio y traición, alguien de la fiesta esta involucrada, pero ojo, coinciden en que la chica se encuentra en un pozo de agua en los alrededores. ¿Quién les dio esa información? El día 17 de abril Vieira Vidente, coincide con la versión de quien filtró esa información, una conspiración entre las amigas y el taxista de aplicación, esta muerta y fue un lío de celos y envidia. El 20 de abril, un día antes del hallazgo del cadáver, Nery la infiltrada, es la única que acusa a la empresa de camiones de prostitución y trata, y en drama con todo y llanto promete justicia para Debahni. Finalmente, el 21 de abril, horas antes del cateo al hotel, la hija de Nostradamus, sostuvo que la mujer estaba muerta, involucraba a un ex novio, y dato curioso, atacó al padre y a la familia por supuesto maltrato familiar, y como una causa del intento de escape de Debanhí.
El caso Debahni escobar y el de las otras 350 mujeres desaparecidas está lejos, muy lejos de ser abordado con profesionalismo, con eficiencia, y con calidad humana. Lo que veo, es que predomina el miedo, el terror a tratar el tema seriamente.