Rocío Franco es un ama de casa que acude cada año por estas fechas a La Viga, el mercado de pescado y mariscos más grande de América Latina, en busca de los mejores precios para sus comidas de Cuaresma mientras esquiva el impacto de la inflación en México.
“(Venimos aquí) cada año. Es para los festejos de Semana Santa”, señala este miércoles en entrevista con Efe Franco mientras revisa la mercancía que ofrecen en las paradas.
Ella, como miles de mexicanos, se unen a la costumbre de Cuaresma de no comer carne en estas fechas y este enorme mercado, ubicado al oriente de la capital del país, es la mejor opción para encontrar buenos precios.
Sin embargo, este año, Rocío, quien llegó al lugar acompañada de su nieto, se encontró con que los precios de los productos no eran precisamente lo que esperaba.
“Está muy caro todo. La verdad no conviene hacer (cocinar) pescado, pero lo tenemos que hacer. Nuestras tradiciones no tenemos que dejarlas”, considera.
Relata que, por ejemplo, el camarón pacotilla, utilizado generalmente para preparar cócteles de mariscos, elevó su precio.
“(El año pasado) estaba comprando la pacotilla en 150 o 180 pesos (7.5 o 9 dólares) pero hoy (está) en 250 o 275 pesos (12.62 o 13.89 dólares)”, lamenta.
Debido a los precios, acepta que tuvo que limitar la cantidad de producto que regularmente compraba para alimentar en estos días a los siete miembros de su familia.
“Hace un año llevé empanadas, filete. Hoy nada más mojarras, surimi, y otras cosas. (Compré) filete pero más barato”, asegura.
Fuente: Forbes
