Por: Edgard González Suárez
En apenas 18 días de Guerra se han propuesto como mediadores del conflicto entre Ucrania y Rusia, los estados de Francia, Alemania, China, Israel, y Turquía. Al parecer, por lo menos, lo que mediáticamente se alcanza a apreciar, el conflicto no ha podido ser mediado con éxito, por ninguno de los interventores.
Las negociaciones han sido intentos fallidos para detener las acciones militares, y aunque declarativamente han expresado las partes su deseo de dialogar, las posiciones parecen no avanzar mucho, ya no en el terreno de los objetivos político y militares, sino ni siquiera para proteger a la población civil, a través de los llamados corredores humanitarios.
En aquella ya multicitada reunión (15 días antes de la invasión) entre Vladimir Putin y Emmanuel Macron, en el Kremlin, con escenas verdaderamente bochornosas, como la ya famosa mesa ovoide de 8 metros de largo, y donde aparecen en un lado Putin, y en el otro extremo Macron. La escena es memorable y al mismo tiempo semióticamente imperdible. Lo que en términos diplomáticos implica una negociación es cercanía de posturas, tolerancia mutua, entendimiento, razones y argumentos de por medio, búsqueda de resolución de los puntos en conflicto. Pues esa entrevista reflejó exactamente lo contrario: distancia clara y expresa, lejanía, conversación formal, seriedad en el lenguaje corporal, posturas fijas y malhumor. Resultado: ninguno, la declaración final de Macron quien aseguró que Putin le había declarado que “Rusia no seria quien escalará el conflicto”, por su parte Putin inmediatamente desmintió esa frase.
Exactamente 7 días después, Olaf Scholz, canciller de Alemania, viajo a Moscú para evitar la invasión y planteo que habría duras sanciones económicas a Rusia si se atrevía a invadir Ucrania, por otro lado, el canciller alemán consideró necesario plantearle a Putin que sería necesario una revisión de los tratados de seguridad en Europa si había una intervención en Ucrania.
Ambas visitas como vimos fueron no solo infructuosas, sino ridículas, ya que llegaron al Kremlin a tratar de impedir la invasión y amenazar con sanciones y revisiones de los marcos de seguridad en Europa. Temas evidentemente no concluyentes para la decisión de iniciar la ofensiva rusa sobre Ucrania.
Los medios oficiales occidentales presentaron esas mediaciones más bien como la ofensiva diplomática y el ultimátum del bloque europeo sobre Moscú. Es decir, hasta antes de desatarse la ofensiva no hubo tal mediación.
Ya iniciadas las hostilidades, y exactamente después de 14 días de Guerra, Israel a través de su primer ministro Neftalí Bennet, realiza una llamada telefónica directa a Moscú y se ofrece a interceder en el conflicto Ruso-Ucraniano. Se supo después, que fue a instancias de Volodymir Zelensky, presidente Ucraniano. Este le pidió directamente a Bennet que hablara con Putin por las bajas civiles y el supuesto bloqueo ruso a los corredores humanitarios. Israel, por su parte, se mantuvo hermético y solo comentó que había hablado con Putin para garantizar una salida de Judíos del este y oeste de Ucrania.
China por su parte, si bien no se ha ofrecido como mediadora, desde su asiento en el consejo de seguridad de la ONU, se ha pronunciado por una salida negociada al conflicto, no ha calificado de “invasión” la ofensiva rusa, y se abstuvo en el Consejo de Seguridad en la condena de la invasión rusa a Ucrania y la exigencia de retirada inmediata de las fuerzas rusas de ese país. En el Consejo se abstuvieron además de China, India y Emiratos Árabes.
Lo último visto, la semana pasada, apenas el 7 de marzo, fue la intermediación de Turquía, quien no solo se ofreció, sino que propuso a ese país como sede de negociaciones directas y de alto nivel entre Rusia y Ucrania. Los cancilleres de ambos países se dieron cita, más obligados políticamente que realmente dispuestos a pactar algo. El pretexto fue el Foro sobre Diplomacia en Antalya, ciudad turca, y donde en efecto se llevo a cabo el encuentro. Sin resultados significativos. Ucrania buscaba un alto al fuego de 24 hrs. por lo menos, y Rusia declaró abiertos y seguros varios corredores humanitarios. Turquía por su parte declaró no sumarse a las sanciones de occidente a Rusia y buscar una salida negociada.
Por lo que vemos y podemos ver en medios internacionales, las negociaciones no avanzan, no hay acuerdos precisos y claros sobre el avance militar, tampoco sobre el trato humanitario a civiles, la ofensiva envolvente no ha dejado de avanzar. Y lo que la prensa americana y europea presentan como una resistencia heroica de Ucrania, parece ser más bien una estrategia de asedio, control y corte de suministros a las principales ciudades, entre ellas Kiev, la capital. Por parte del ejército ruso.
En resumen, la ofensiva militar avanza y crece y las negociaciones hasta ahora fallidas. El cerco parece ya un éxito, y es probable que Kiev, la capital ucraniana caiga en menos de siete días. Lo que obligará a negociaciones más serias y quizá más efectivas.