La alerta se encendió el 27 de febrero de 2020. El virus pandémico del SARS-CoV-2 había llegado a México. Ángel Octavio, un empresario, en ese entonces de 35 años, residente de la capital del país, acudió al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) por presentar fiebre, dolor de cuerpo y de cabeza, síntomas que se fueron incrementando. Él sería oficialmente el paciente cero.
En la memoria colectiva se encontraban el bombardeo de imágenes de hombres y mujeres gritando, tirados en la calle, cazados por hombres cubiertos de blanco.
Si bien se llamó a la calma durante la conferencia matutina del 28 de febrero, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional, la gente entró en pánico por comprar alimentos y, sobre todo, insumos.
“Entonces decirle a la gente serenos, tranquilos; tenemos capacidad para enfrentar esta situación”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador el 28 de febrero, cuando se informó oficialmente que el restaurantero que viajó a una cumbre en Lombardía y Bérgamo, Italia, del 14 al 22 de febrero, dio positivo a las dos pruebas, la efectuada por el INER y la repetida por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (InDRE).
Sin embargo, en la revista Microorganisms, investigadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportaron 40 casos positivos a covid-19 antes del 27 de febrero de 2020, es decir, del primer caso oficial en México.
Víctor Hugo Borja Aburto, entonces titular de la Coordinación Nacional Médica del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), explicó que se efectuó un rastreo intencional de 24 mil 273 muestras procesadas de todos los grupos etarios, ubicados en 34 bancos de sangre y 34 laboratorios clínicos, durante el periodo del 10 de febrero al 31 de diciembre de 2020.
Se efectuó un estudio de análisis molecular entre personas no diagnosticadas con covid-19.
“Encontramos que en el noroeste el 40.7 por ciento de la población ya tenía anticuerpos, es decir, ya había estado en contacto con el virus; en el noreste del país el 37 por ciento; en el sureste el 35 por ciento; en el centro el 30 por ciento, y en el occidente encontramos la seroprevalencia más baja del 26.6 por ciento”, detalló.
También se detectaron 54 casos adicionales de seropositivos, que tuvieron contacto con la infección, antes de la declaración de transmisión comunitaria el pasado 24 de marzo de 2020.
Otro aspecto importante de la investigación es que los portadores del virus, básicamente gente sin síntomas, tenían entre 21 a 40 años de edad. Con base a las predicciones del estudio, que abarcó el análisis de más de 24 mil muestras, del 10 de febrero al 31 de diciembre de 2020,en México ya se habían contagiado con la cepa original de Wuhan, China, “60 millones de mexicanos”, aseguró Borja Aburto.
Sin embargo, el gobierno federal sólo reconoció el caso del INER, así como a un varón de 41 años, residente de Hidalgo, aislado en un hotel en Culiacán, Sinaloa y un hombre de 59 años, del Estado de México, asintomático y aislado en su domicilio. Todos tuvieron contacto con un italiano, residente en Malasia, mientras estaban en la convención de Bérgamo, Italia.
Fuente: Milenio
