Dr. Edgard González Suárez
Para no variar, la semana pasada, termino calientita, no solo por la fractura del imaginado frente opositor, en la Cámara de Diputados, y la declaratoria pública y abierta del presidente del PRI, Alejandro Moreno, de que en su bancada “no serán una oposición recalcitrante ni contestataria” … “pues habremos de respaldar algunos temas con diálogo y acuerdos”. El PRI haciendo lo que mejor sabe hacer: política parlamentaria y negociar cuotas de poder.
Pero la semana pasada no hubiera adquirido tintes arrebatados y de altas temperaturas si no hubiéramos cerrado con el montaje mediático, acerca de una supuesta y muy improbable “persecución” del Gobierno de López Obrador a los académicos y científicos de este país. Un asunto que por salud púbica debería investigarse y esclarecerse, pues existe una denuncia al respecto, y que debería de ir hasta sus últimas consecuencias para llegar a una decisión jurídica e inapelable.
Dicho montaje se convirtió, en una de las mayores ofensivas mediáticas de la derecha para intentar revertir no solo la investigación (que ya hay una parte hecha), sino intervenir directamente en el debido proceso y tratar de desviar la atención y las acusaciones sobre una Asociación Civil que administraba fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. No me voy a centrar en el tema jurídico. Como siempre intentare de enfocar mi observación en el discurso. Y regresando a mis fuentes de formación, recordarás que los fragmentos del texto suelen estar llenos de contenido, significado y simbolismo.
En medio de la batalla y la ofensiva mediática de la derecha conservadora, dimes y diretes, entrevistas en radio y televisión, declaraciones de personalidades, notas de prensa, tweets, e intercambios en redes sociales, elijo el texto que a mi juicio pinta mejor, y refleja el universo simbólico de una parte de esa derecha, y sobre todo, porque planta en el escenario y el imaginario social, las tripas, la entraña, el fondo emocional y psicológico de una oposición conservadora debilitada, fragmentada, desviada, pero sobre todo, desorientada y a la deriva.
Me refiero, al famoso tweet de un tal Aldo Aldrete, muy seguramente familiar de Ana Díaz Aldrete, esposa o ex esposa de Enrique Cabrero, exdirector del Conacyt en la administración de Peña Nieto, quien, en medio de la refriega mediática, tuvo la voluntad y el valor de escribir, pero no lo tiene para hacerse cargo de sus consecuencias, que hasta donde yo veo, solo serían morales y sociales, a menos que esté involucrado, en el manejo de los fondos del Foro Consultivo, Eso está por verse.
El famoso tweet no solo hace referencias en contra de la esposa de presidente y del presidente mismo, sino que expresa una gran desesperación, y de ahí el texto vulgar y fuera de tono. Pero que describe psicológicamente a su autor. El famoso tweet que aparece el día 22 de septiembre, el miércoles pasado, dice:
“Comiencen con la puta, pseudoescritora, pseudoinvestigadora, ¿No saben quien es? LA ZOPILOTA, esa idiota que no sabe ni escribir una frase sin faltas de ortografía, ella no tiene ningún fuero, y gracias al pendejo loco imbécil ese al que hoy limpian los zapatos ustedes y Gertz”.
El tweet, asegura, que es en respuesta a la FGR, y al Conacyt. Es decir, está en el marco de la denuncia de la fiscalía y del Conacyt en contra del Foro Consultivo Científico y tecnológico A.c. Asumimos, que se dirige tanto al Fiscal como a la directora del Conacyt, y les demanda de manera imperativa que COMIENCEN con la puta, pseudo escritora, pseudoinvestigadora, ¿no saben quien es? La zopilota. ¿Era necesario el calificativo PUTA?, solo pregunto. El campo semántico de la palabra Puta lo componen: zorra, piruja, facilona, pública, vendida, güíla, inmunda, pecadora, etc. Vuelvo a preguntar, era necesario ese calificativo. No, en el marco de su mensaje era innecesario, pero esa palabra le nace al autor del odio, del desprecio, de la desesperación de verse hundidos en la acusación y las investigaciones realizadas por la fiscalía. El texto insiste, “La zopilota”, “esa idiota”. En estricto sentido, la esposa del presidente no solo es descalificada, sino atacada, porque los calificativos conectan inmediatamente al texto con inmundicia, carroña, cadáveres, pestilencia. Y con la palabra idiota intenta denostarla a través de una asociación de ideas, con: poco inteligente, ignorante o subnormal. ¿Pregunto, eran necesarios estos calificativos? Tampoco, pero es clara la impotencia de verse descubiertos, amenazados en sus estilos de vida y propiedades, exhibidos ante la ciudadanía, investigados y probablemente detenidos para responder no solo por el manejo multimillonario, sino por el probable enriquecimiento ilícito. Asunto, que también está por verse.
Cuando este país, más necesita una oposición inteligente, capaz de construir significantes colectivos, capaces de movilizar adhesiones y simpatizantes, capaces de construir un programa y una estrategia de lucha política democrática. Llega Aldo Aldrete, quien ahora lo quieren hacer aparecer como una cuenta fantasma, lo que sería peor aún. Y ese famoso tweet, no sólo exhibe las miserias psicológicas del autor, sino muestra el extravío y la desnudez de la oposición.
