Luis Pazos
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, creada a finales del 2011, CELAC, tiene como objetivo lograr una mayor integración de los países Latinoamericanos, lo cual es loable; pero en su sexta reunión en México se manipuló por gobernantes de izquierda para culpar a los EUA de su atraso y tratar de contaminar a todos los países con esas ideas.
Buscar la sustitución de la OEA, Organización de Estados Americano, por la CELAC es el primer equivoco del presidente López Obrador, quien habló de crear un organismo como la Unión Europea, que ya existe, la Organización de Estados Americanos.
El segundo error fue invitar y darles un lugar privilegiado a gobernantes de Cuba y Venezuela, dictaduras que no contribuyen a la integración democrática de América Latina, que han empobrecido a sus pueblos y generado la emigración de más de un millón 600 mil cubanos y cerca de 5 millones de venezolanos, que salieron de sus países por el aumento de la pobreza, reducción de las libertades y expropiaciones de las empresas.
El tercer error fue tachar a los Estados Unidos de intervencionista al fincar un embargo al gobierno socialista cubano. Castro corrió a los inversionistas de EUA y les expropió sus empresas sin pagarles. Los dueños de esas empresas
ganaron juicios en EUA, que les da derecho de embargar barcos y mercancías provenientes de la isla. Pero el gobierno cubano puede exportar e importar a México y a todos los países del mundo, no hay un bloqueo mundial. La escasez crónica de alimentos, viviendas, ropa y libertades, no es culpa de los Estados Unidos, sino de más de medio siglo de gobierno castrista, y del socialismo real o capitalismo de Estado que impera en esa isla.
El cuarto error es atacar a su principal socio comercial, destino de cerca del 80% de las exportaciones de México y el principal origen, casi del 50%, de la inversión extranjera directa, la que genera empleo y crecimiento económico en México.
La reunión de la CELAC organizada por el presidente López Obrador puede considerarse un fracaso. Estuvieron ausentes los países con mayor peso en Latinoamérica, el 60%: Argentina, Brasil, Chile y Panamá. En esa reunión no se cumplió el objetivo de armonizar las relaciones entre los países de Iberoamérica. Predominaron los enfrentamientos y acusaciones.