Sam Ojeda | NV Noticias
Xalapa. – Las lluvias dejadas por el huracán “Grace” en Xalapa inundaron la casa de Ana María León Castillo, comerciante conocida como “La Rumberita”, aunque en esta ocasión, admite que la pérdida fue de mercancía porque en una inundación previa las aguas se llevaron todas sus pertenencias y ella estuvo a punto de morir.
Su casa se ubica en la calle Mariano Arista número 17 de la colonia Revolución y narra que la lluvia registrada el pasado 12 de mayo derribó parte de su barda, se metió a su casa y las aguas inundaron todo. Por poco muere con su hijo.
“Estuve a punto de morir con mi hijo porque no pudimos salir rápido, fue en cuestión de segundos, todas mis cosas se echaron a perder, el agua llegó hasta arriba. Los vecinos se dieron cuenta porque empezó a salir agua por la ventana y el portón y por eso nos fueron a ayudar con barretas; si no fuera por eso me hubiera quedado ahogada porque la fuerza del agua era mucha y no podía abrir”.
Desde entonces ha pedido ayuda de las autoridades municipales pero lo más que le dieron fueron 3 mil pesos “para que la sobrellevara”; sin embargo, las lluvias ocasionadas por “Grace” volvieron a inundar su calle y su casa.
“Pedí ayuda por las pérdidas totales, para hacer la barda porque sale en 35 mil pesos, pero es dinero que yo no tengo. No sé si los trabajos los hicieron mal porque el agua cada vez inunda más. Me dieron 3 mil pesos para que la fuera pasando, pero no para reparar el daño de la barda ni para comprar lo que perdí; no tengo nada. Me volví a inundar, perdí mi mercancía porque pertenencias ya no tengo; mis vecinos están en la misma situación, toda la calle se inunda”.
Dice que teme por su seguridad, la de su hijo y su nieta, pues las inundaciones son cada vez más frecuentes y no tienen a dónde ir para evitar el riesgo, por lo que volvió a hacer un llamado a las autoridades para que tomen en cuenta su situación.
Hay que recordar que apenas este sábado, en Xalapa se registraron dos derrumbes en colonias asentadas en zonas irregulares; el primero cobró la vida de seis personas, cinco de ellos menores de edad; el segundo derrumbe terminó con la vida de una menor de 7 años de edad.
