La variante Delta de Covid-19 arrecia, obligando a las autoridades a endurecer las restricciones sanitarias, con confinamientos locales en China, soldados en las calles en Australia para hacer respetar las medidas y la prolongación del estado de emergencia en Japón en plenos Juegos Olímpicos.
Y en algunas zonas, como las más afectadas por el virus en Estados Unidos, se vuelve a recomendar el uso de las mascarillas y se insiste en impulsar de nuevo la campaña de vacunación.
En China, el primer país en contener la epidemia en 2020, un nuevo brote amenaza la política de cero Covid-19, con casos que se propagan desde Nanjing (este) a cinco provincias y a la capital, Pekín, por primera vez en seis meses.
Después de que nueve empleados del aeropuerto de Nanjing dieran positivo el 20 de julio, se detectaron 184 contagios el viernes en la provincia de Jiangsu y 206 en todo el país. Cientos de miles de personas vuelven a estar confinadas en esta región y en Pekín.
La eficacia de las vacunas chinas suscita interrogantes porque la mayoría de los nuevos casos se dan en personas vacunadas. Pueden “disminuir la propagación y reducir la tasa de mortalidad” pero no “erradican el virus”, reconoció Zhang Wenhong, un experto en enfermedades infecciosas de Shanghái.
En Australia, la policía de Sidney contará con la ayuda de 300 soldados para hacer cumplir las restricciones en la ciudad más grande del país (5 millones de habitantes), donde el número de contagios batió un récord el jueves.
El confinamiento, que se encuentra en su quinta semana, se ha prolongado un mes, hasta el 28 de agosto, pero muchos lo incumplen yendo a las playas o a los parques.
Una semana después del comienzo de los Juegos Olímpicos, Japón prolongó el estado de emergencia hasta finales de agosto en Tokio y lo extendió a otros cuatro departamentos.
Fuente: El Universal
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