Julio Escobar / NV Noticias
A pesar de ser una persona de la tercera edad y pertenecer al sector vulnerable de Covid-19, la señora Cornelia Altamirano Gómez, todos los días sale a ganarse la vida pues no hay quien vea por ella.
A sus 72 años trabaja vendiendo ciruelas y nanches curtidos a las afueras de la iglesia San José sobre la avenida Ignacio Zaragoza en Coatzacoalcos.
Desde las cinco de la tarde, cuando aún el sol es agobiante y todavía está en su máximo esplendor coloca su pequeña mesita de madera, para aprovechar la afluencia de personas que transitan por la zona y poder ofrecer sus productos, mismos que le son fiados y ella revende para generar ingresos.
Con lágrimas en los ojos expresó que por la crisis económica a causa de la pandemia del Coronavirus las personas han dejado de comprarle, ganado solo cien pesos al día de los cuales debe pagar taxi para regresar a su hogar.
Con tristeza dijo que no tiene comida en su casa, tampoco cuenta con gas, ya que sus productos no se comercializan fácilmente por lo que no ha generado ingresos.
Recordó que han habido ocasiones en las que ha pasado hasta cinco días sin comer, sin embargo, gracias a las donaciones que le proporcionan las personas de buen corazón aún se mantiene en pie.
Desesperada y con mucha humildad la abuelita pidió el apoyo de la ciudadanía para que se acerquen a comprar sus frutas con un costo de 20 pesos, o si esta en sus posibilidades donarle comida.
Esta ancianita vive sola, en su domicilio ubicado en Revolución número 625, como referencia portón blanco al fondo, ahí la pueden encontrar quienes deseen proporcionarle apoyo con despensa o económico.
De lunes a viernes permanece hasta las 10 de la noche en espera de clientes, cada día que pasa su situación es más difícil, pues se juntan los gastos del hogar, el pago de la luz, agua y el gas.
