Los nuevos datos que muestran que la inflación subyacente de Estados Unidos se mantuvo obstinadamente alta en mayo están dando argumentos para una serie más larga de fuertes alzas de las tasas de interés de la Reserva Federal, y las autoridades podrían tener que adoptar la próxima semana un tono mucho más agresivo.
El aumento récord de los precios de los alimentos y los combustibles impulsó el índice de precios al consumidor (IPC) 8.6 por ciento el mes pasado respecto al año anterior, mostró un informe del gobierno, destrozando cualquier esperanza de que la inflación haya alcanzado su punto máximo el mes previo.
El IPC subyacente, que excluye los precios volátiles de la gasolina y los alimentos, subió 6 por ciento, ligeramente por debajo del ritmo del 6.2 por ciento de abril, pero lejos de la señal “clara y convincente” de un enfriamiento de las presiones sobre los precios que el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que necesita ver antes de desacelerar las alzas de tasas.
“Se acabó la idea de que la inflación ha tocado techo”, escribió Greg McBride, analista financiero jefe de Bankrate. “Cualquier esperanza de que la Fed pueda suavizar el ritmo de las subidas de tasas después de las reuniones de junio y julio ahora parece ser una posibilidad remota”.
Las autoridades de la Fed ya casi han prometido aumentos de tasas de interés de medio punto en sus próximas dos reuniones: la primera la próxima semana y la segunda a fines de julio.
Algunos esperaban que para septiembre los aumentos del costo del crédito, junto con la reducción de las presiones en la cadena de suministro y un cambio esperado en el gasto de los hogares desde los bienes hacia los servicios, habrían comenzado a aliviar las presiones sobre los precios.
Fuente: Milenio