“A pesar de meses de persuasión, a pesar de todas las campañas en los medios de comunicación, a pesar de todo, no hemos podido convencer a la gente de que se vacune. Así que nos vemos abocados a una decisión muy difícil, la decisión de que debe comenzar rápidamente una vacunación obligatoria a nivel nacional. La vacunación es el único camino para salir de este círculo vicioso”, dijo este viernes el canciller austriaco Alexander Schallenberg.
Así, Austria, uno de los países con menor tasa de vacunación de Europa Occidental (sólo el 66% de una población de 8,9 millones de habitantes tiene la pauta completa) se ha convertido en el primer país en obligar a toda su población a inmunizarse, a partir de febrero. Quienes no cumplan la norma, pueden enfrentarse a duras sanciones administrativas. Al mismo tiempo, desde el próximo lunes los austriacos estarán confinados durante al menos 20 días, hasta el 12 de diciembre (aunque se revisará transcurridos 10 días de su inicio).Este nuevo confinamiento -el cuarto desde el inicio de la pandemia- supone que los austriacos sólo podrán salir de sus casas para compras de primera necesidad, ir al médico, ayudar a terceras personas o pasear y hacer ejercicio al aire libre. Estas medidas ya se aplicaban, desde el pasado lunes, a los no vacunados. Ayer, una anciana fue multada en Viena con 500 euros por comprar en una tienda de ropa y no presentar ni certificado de vacunación, ni pruebas de haber superado la enfermedad.
Así, Austria, uno de los países con menor tasa de vacunación de Europa Occidental (sólo el 66% de una población de 8,9 millones de habitantes tiene la pauta completa) se ha convertido en el primer país en obligar a toda su población a inmunizarse, a partir de febrero. Quienes no cumplan la norma, pueden enfrentarse a duras sanciones administrativas. Al mismo tiempo, desde el próximo lunes los austriacos estarán confinados durante al menos 20 días, hasta el 12 de diciembre (aunque se revisará transcurridos 10 días de su inicio).
Este nuevo confinamiento -el cuarto desde el inicio de la pandemia- supone que los austriacos sólo podrán salir de sus casas para compras de primera necesidad, ir al médico, ayudar a terceras personas o pasear y hacer ejercicio al aire libre.
Estas medidas ya se aplicaban, desde el pasado lunes, a los no vacunados. Ayer, una anciana fue multada en Viena con 500 euros por comprar en una tienda de ropa y no presentar ni certificado de vacunación, ni pruebas de haber superado la enfermedad.
A partir de la próxima semana, las tiendas no esenciales (salvo supermercados y farmacias), los restaurantes, gimnasios y todos los espacios de ocio, quedarán cerrados. Guarderías y colegios sí permanecerán abiertos, aunque se recomienda a los padres que dejen a sus hijos en casa si pueden y se insta a teletrabajar.
La tasa de contagio se encuentra entre las más altas de Europa, con casi mil casos por 100.000 habitantes. El democristiano Schallenberg, quien llegó a la cancillería hace sólo un mes – tras la dimisión de Sebastian Kurz por un escándalo de corrupción- sostuvo que existe la suficiente base legal para imponer la vacunación y ha recordado que ya se hizo contra la viruela. El periódico austriaco Kurier explica cómo fue durante la lucha contra esa devastadora enfermedad, en el siglo XIX, cuando surgió por primera vez la vacunación obligatoria (al tiempo que nacía el movimiento antivacunas, por cierto).
Fuente: El mundo
