CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
En todo momento –al inicio, en el intermedio o al final de un sexenio– el tablero del ajedrez en las instituciones puede presentar cambios en sus diagnósticos y, con ello, la movilidad en el tablero de algunos actores, y es que al final del día los políticos y servidores públicos nunca dejan de ser “fusibles”, y eso les expone a que los cambien en términos de movilidad y ciclos.
Igual sucede en las campañas políticas, como ahora que se están armando los equipos para los próximos Ayuntamientos, y donde no todos los que estuvieron colaborando para las urnas van a aparecer en las estructuras municipales de esos gobiernos.
Y es que, en el sentido municipal, las cartas a Santa Claus y los Reyes Magos contienen en su mayoría la petición de regalos con trabajo en la nómina de Ayuntamientos venideros.
En el terreno del gobierno estatal en Veracruz y de la República, igual es época de posibles cambios y ajustes –se habla de los casos de la FGE y FGR– y es que en ambos sentidos tal parece que aplicaría la operación “Kleenex”: te uso, disfruto y desecho, que igualmente ha llegado a sus titulares, por citar dos ejemplos.
Las señales en la recta final del primer año de gobierno de la Dra. Sheinbaum e Ingeniera Nahle vislumbran en el horizonte cercano que, en los pisos de ambos poderes ejecutivos, en el terreno legislativo y judicial, y hasta en los organismos autónomos –y otros entes públicos– los cambios y enroques están en el radar de los acuerdos.
Y es que en el quehacer oficial suelen, en algún momento, aparecer los pañuelos desechables tipo “Kleenex” y convirtiéndose así en solo “fusibles” los servidores públicos, pues así como los ponen, igual los quitan.
Así pues, revisando las comparecencias de los titulares de sectores en el Poder Ejecutivo de Veracruz –no todos ni todas– a más de uno les ha quedado grande Veracruz, o dicho de otra forma, resultaron muy chiquitos para nuestra entidad veracruzana.
Y es que aún es demasiado temprano, pero habría de sospecharse que difícilmente serían muchos quienes se mantengan en puestos de inicio durante todo el trayecto sexenal, en las pistas del Estado y la Federación.
Y en el caso de Veracruz, la transición en Ayuntamientos hará que empiece la época de “los relevistas”, ya que de entrada hay 212 alcaldes y alcaldesas que dejarán sus actuales puestos y buscarán, de alguna forma, vender su amor por Veracruz a la Gobernadora Nahle y tratar de incorporarse en algunos puestos que no precisamente están vacíos.
Un tema y asunto muy particular radica en la poca o nula experiencia de quienes están y los que entrarían al relevo, sobre todo en tareas y actividades delicadas, complejas y de exigencia mayor, que suele requerir la administración pública contemporánea.
DE SOBREMESA
Sin atlas de riesgos, el 80 % de ayuntamientos y las lluvias aún no terminarán pronto.
Las llamadas ocurrencias o los fenómenos naturales –son lo mismo– y que afectan al territorio nacional, más a unas regiones que a otras, es necesario que tengan un monitoreo de manera permanente: los sismos, ciclones tropicales y actividad de volcanes. De ahí que el instrumento para ello se llama “Atlas de Riesgos”.
Y este termómetro documental permite una visualización en el tablero y semáforo para la prevención de desastres, pues contiene una rica información de gran utilidad para las áreas de Protección Civil en Ayuntamientos, sobre todo.
A partir de información publicada por el Centro Nacional de Prevención de Desastres, el Servicio Sismológico Nacional, el Laboratorio de Observación de la Tierra (LANOT) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), entre otras fuentes, es como las municipalidades cuentan con el Atlas de Riesgo actualizado, con el propósito de evitar daños mayores a partir de la prevención oportuna, pues no basta con la ayuda de los gobiernos estatales y la Federación, y sin descontar la elevada solidaridad de sectores de la población.
Ojalá que los próximos Ayuntamientos en Veracruz permitan que, en sus direcciones de Protección Civil, cuenten con responsables que sean filtrados y evaluados por la SPC del Gobierno del Estado, pues de designar a inexpertos no solo dejarán de construir sus Atlas de Riesgo, sino que también pondrán en riesgo a las personas y sus bienes, pero sobre todo a la población de todas las edades.
¡ES CUANTO!
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