Jesús Utrilla – NV Noticias
La discusión de la reducción de la jornada laboral a 40 horas, que se retomará en el Congreso hasta febrero de 2026, mantiene a las empresas en un proceso de evaluación interna y adecuación gradual para evitar afectaciones operativas. Adrián Maynes García, presidente de Coparmex Veracruz, señaló que el reto principal será la capacidad de cada compañía para reorganizar sus turnos y cubrir la demanda de mano de obra que implicará una reducción de tiempo.
La reforma, aún sin fecha de aprobación, está siendo analizada desde su impacto directo en productividad, número de empleados y logística en los sectores industrial, de servicios y comercial.
“Siempre es importante tener en cuenta el impacto que puede tener en las empresas para poder ir generando este tránsito de una manera paulatina, de manera que también podamos tener la fuerza de trabajo suficiente para cubrir las plazas que puedan irse necesitando con un horario de 48 horas que se reduce a 40. Muchas veces puede incurrir en necesidad de contratar más personal para cubrir el servicio y generar la productividad que ya manejamos”.
Reconoció las diferencias significativas entre industrias por lo que, el proceso no será homogéneo. Algunas empresas ya comenzaron ajustes internos, mientras que otras aún no cumplen con los preparativos necesarios para responder a la reforma.
“Todavía veo bastantes empresas que no han cumplido. Algunas ya se preparan, pero la particularidad de cada una depende de sus posibilidades para adecuarse. La idea es que ya nos vayamos preparando porque se nos acaba el tiempo de gracia y esta transición será más retadora que otras, como la ley silla”.
Dijo que la gradualidad será importante para evitar disrupciones en la operación, especialmente en giros que requieren personal especializado o jornadas continuas.
El sector industrial, dijo, será uno de los más presionados para garantizar continuidad en procesos y mantener los niveles de producción con nuevas cargas de trabajo.
