Sam Ojeda – NV Noticias
Xalapa.- Estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Unidad 301, denunciaron que enfrentan conductas de hostigamiento y acciones que —aseguran— han limitado sus intentos de crear una estructura de representación interna, en medio del paro que sostienen desde hace varios días.
Una de las jóvenes inconformes, quien solicitó anonimato por temor a represalias, explicó que un grupo estudiantil buscó conformar un Consejo Estudiantil ante diversas inconformidades dentro del plantel.
Sin embargo, indicó que la dirección del campus rechazó reconocer esa iniciativa y no ofreció claridad sobre los pasos formales necesarios para integrarlo.
Según su relato, al acudir con el director para solicitar orientación, éste los remitió a la Coordinación y les dijo que cualquier aprobación del órgano estudiantil tendría que contar con el aval de la gobernadora, lo que detuvo el avance de su petición.
La falta de una ruta institucional para el diálogo —afirmó— ha generado roces con algunos docentes y personal administrativo, quienes, de acuerdo con su testimonio, reproducen dinámicas de poder que inhiben la participación del alumnado.
La estudiante mencionó que, ante cada intento de plantear inconformidades, la respuesta ha sido remitirlos con la coordinadora, pese a que no tiene capacidad de decisión sobre los temas expuestos.
Esta situación, dijo, ha provocado que varios alumnos se sientan desestimados o ignorados.
En días recientes, agregó, personal académico intentó ingresar por la fuerza al inmueble, lo que provocó la presencia de elementos policiales. Según la versión estudiantil, la autoridad confirmó que la comunidad tenía derecho a mantener el paro vigente.
Aunque reconoció que existe división entre quienes respaldan o no la movilización, sostuvo que la demanda central es el reconocimiento del derecho a organizarse sin presiones ni conductas que perciben como hostigamiento.
La alumna señaló que más de un centenar de estudiantes manifestaron sentirse incómodos con el trato de algunos profesores, e incluso refirieron que durante reuniones internas se les ha impedido tomar la palabra o exponer sus inquietudes.
También acusó que la subdirectora respondió con burlas cuando solicitaron establecer un diálogo.
Expresó temor por posibles consecuencias académicas, como bajas calificaciones, sanciones o complicaciones administrativas. Dijo que incluso actividades cotidianas —salir a comer o ir al baño— se realizan bajo la sensación de estar siendo vigilados.
