Jesús Utrilla / NV Noticias
Más de la mitad de la población mexicana vive con preocupación constante por el dinero. De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el 53 por ciento de las personas experimenta “estrés financiero”, una carga emocional que deriva en angustia y ansiedad ante sus compromisos económicos.
El presidente de la Condusef, Óscar Rosado Jiménez, dio a conocer que este fenómeno no solo se presenta entre quienes carecen de empleo o reciben bajos ingresos. Incluso sectores con escolaridad profesional y salarios superiores a los 16 mil pesos mensuales enfrentan dificultades para llegar a fin de mes.
La razón principal, explicó, está relacionada con el comportamiento de consumo: compras impulsivas, uso excesivo del crédito y gastos que buscan compensar emociones.
Rosado Jiménez participó como ponente en actividades de educación financiera desarrolladas en Veracruz, donde expuso resultados de la primera Encuesta Nacional de Salud Financiera (SAFI) 2023, elaborada junto con el INEGI. México, subrayó, es el único país de América Latina que cuenta con una medición de este tipo, comparable con lo que ocurre en Reino Unido, Canadá o Estados Unidos, naciones con niveles de estrés económico similares.
Durante su mensaje, el funcionario advirtió que el uso del crédito para satisfacer necesidades emocionales puede convertirse en una trampa.
“La tristeza vuelve y la deuda aumenta. Lo que era un problema, se convierte en dos”, señaló. También reflexionó sobre la falsa idea de que la felicidad se encuentra en las compras: “En los centros comerciales no venden autoestima ni proyecto de vida”.
La encuesta también muestra un hallazgo relevante sobre prevención, la educación financiera en la infancia. El 22 por ciento de quienes crecieron en hogares donde se hablaba de manejo del dinero hoy gozan de una buena salud financiera; entre quienes no recibieron esa orientación, solo el 8 por ciento lo logra. Por ello, Rosado Jiménez pidió normalizar las conversaciones familiares sobre el tema, tal como ocurrió con tópicos que antes se evitaban, como los derechos humanos o el cuidado ambiental.
