Por Gigi Rodríguez
El anuncio de The Life of a Showgirl no solo trajo consigo la emoción de un nuevo álbum de Taylor Swift, sino también un debate fascinante entre fans, críticos y amantes del arte. La portada, fotografiada por Mert Alas & Marcus Piggott, muestra a Swift semi-sumergida en un agua turquesa brillante, vestida con un top de pedrería y rodeada de una atmósfera etérea que parece sacada de un sueño… O de una tragedia.
Aunque a muchos no les gustó, para Taylor esta portada tiene un significado íntimo. Según sus propias palabras, representa cómo era terminar cada noche de The Eras Tour y volver a su yo más real: Sola, en una bañera. Un guiño a lo que significa ser una “showgirl”: entregarse por completo al espectáculo, brillar ante miles, y luego enfrentar el silencio absoluto tras el telón.
Sin embargo, hay una capa más profunda. Para quienes saben mirar, la imagen evoca de inmediato a “Ophelia” (1851–52), la icónica pintura prerrafaelita de John Everett Millais. No es una coincidencia: El tracklist del álbum incluye una canción llamada “The Fate of Ophelia”, y ahí es donde todo encaja.
En “Hamlet” de William Shakespeare, Ofelia es una joven noble danesa, hija de Polonio y enamorada de Hamlet. A lo largo de la obra, vive atrapada entre dos mundos irreconciliables: La lealtad hacia su padre y su familia, y el amor que siente por Hamlet. La historia se oscurece cuando Hamlet, en un acto de venganza, mata a Polonio —su padre— lo que provoca en ella una ruptura emocional profunda. Entre el comportamiento errático de Hamlet, la muerte de su padre y el caos político de la corte, Ofelia es arrastrada a un estado de angustia y confusión mental.
En el Acto IV, Escena VII, la reina Gertrudis describe el momento final: Ofelia, aparentemente enloquecida, cae a un arroyo mientras recogía flores. Su vestido se empapa, la arrastra, y muere ahogada. Es un destino trágico que Shakespeare nos muestra con una belleza inquietante: La joven, rodeada de flores, sumergida en la quietud de la muerte.
¿Por qué Taylor elegiría inspirarse en Ophelia? Porque la figura encierra un simbolismo universal sobre la fragilidad femenina en un entorno de presión, expectativas y miradas externas. Ofelia es belleza, dulzura y juventud… Pero también víctima de fuerzas que la superan. En el contexto de The Life of a Showgirl, esto se convierte en una metáfora potente: La artista que, pese al brillo y la ovación, vive con el peso de las exigencias, el escrutinio constante y la soledad de los camerinos vacíos.
La canción “The Fate of Ophelia” podría explorar precisamente eso. Tal vez, siguiendo la línea confesional de “Because I Liked a Boy” de Sabrina Carpenter, narre el drama de una relación idealizada que termina siendo destructiva. Una historia donde la mujer no solo enfrenta la ruptura, sino el juicio y las consecuencias públicas que vienen con haber amado a la persona “incorrecta” bajo la mirada de todos.
Swift siempre ha mostrado una sensibilidad especial para transformar referencias artísticas en narrativas musicales. Así como se inspiró en la pintura renacentista para “evermore” o en el cine clásico para “Red”, aquí parece tender un puente entre la tragedia literaria de Shakespeare y su propia experiencia como mujer en el ojo del huracán mediático.
La elección de posar como Ophelia no es, entonces, solo un guiño estético; es una declaración sobre lo que significa ser observada, interpretada y juzgada. En ese agua turquesa, Taylor no solo representa el final de un show, sino la vulnerabilidad de quien, después de entregar todo en escena, regresa a un silencio que puede ser tan abrumador como hermoso.
En esta era, The Life of a Showgirl nos recuerda que el arte es un espejo, y que, a veces, la imagen que devuelve —por más brillante que luzca— también nos habla de lo que está a punto de hundirse.
