¿Podemos hablar un momento sobre el vestuario de Amores materialistas? Ya se ha dicho mucho sobre el filme: que si la decisión de Lucy fue o no la correcta, que si es o no una comedia romántica, que si los solteros permaneceremos así el resto de nuestras vidas ante el sombrío panorama del mundo de las citas… Y todo eso está muy bien (para lo último, a veces “toco madera”, como decimos en México), pero poco se habla sobre lo mucho que cuentan los looks de la protagonista sobre el desarrollo de su personaje, y eso es lo que hace un diseño de vestuario, un buen diseño de vestuario.
Katina Danabassis es la mente detrás de los looks del filme dirigido por Celine Song. Es una vestuarista que entiende cómo se viste una mujer contemporánea de acuerdo a las decisiones que toma en su vida. Ha trabajado en la ópera prima de Song, Past Lives, pero también en Lady Bird de Greta Gerwig. Esta última es un buen ejemplo de cómo Danabassis sabe explorar la evolución de la vestimenta cotidiana femenina. En la última escena, Christine (Saoirse Ronan) tiene su arco más importante después de encontrar unas cartas de su madre; ya es una universitaria, lleva puesta una camiseta marinera, un blazer verde olivo y jeans, es un atuendo mucho más formal que los que vemos a lo largo de toda la película y aún, así, tiene ese toque caótico que distingue a la protagonista.
Amores materialistas también tiene un momento de inflexión que se refleja en el vestuario de Lucy (Dakota Johnson). Después de terminar con Harry (Pedro Pascal) y buscar a John (Chris Evans) para vivir con él, la pareja emprende un viaje sin rumbo fijo y dan con la boda de unos desconocidos. Lucy cambia sus jeans y su camisa por un vestido mucho más soñador que todos los que ha llevado antes, un diseño de flores y olanes en el cuello, firmado por la marca Dôen.
En una entrevista con Danabassis para Refinery29, la diseñadora reveló que este vestido hace todo el sentido con el momento que vive Lucy, es un look que empacó en su maleta y que hubiera llevado a Islandia con Harry, a su vez, el estampado representa “el tema escondido de las flores como símbolo del amor durante toda la película”.
Dôen, por cierto, es una marca romántica fundada por las hermanas Margaret y Katherine Kleveland en Santa Barbara, California, esto quiere decir que entienden el ADN de la vestimenta de celebridades y, de hecho, se va visto a varias de ellas llevar sus diseños en una cita: Kaia Gerber usó sus bailarinas para salir con Austin Butler y Taylor Swift uno de sus vestidos en una salida con Travis Kelce.
Este estilismo de vestido de flores con tenis también habla de la personalidad y del lugar donde proviene Lucy. El fin de semana después de ver la película, lo conversé con Luz García, escritora de moda de Vogue. “Lucy ya tiene mucho que pensar con respecto a su vida amorosa como para preocuparse por los zapatos que debía combinar con el vestido amarillo que lleva a una boda campirana, que además, crashea. Aun así, lo tiene resuelto. Es una chica neoyorquina que sabe que unos tenis Nike salvan de cualquier imprevisto”.
Por último, pero no menos importante, esta sencilla combinación dice mucho de la decisión que toma Lucy al final: pasar sus días con John. ¿La razón? Es un atuendo imperfecto, como el amor que sienten el uno por el otro, nada combina, pero funciona. Más aún cuando vuelven a la ciudad y ella lleva puesta la sudadera de él: es una hoodie con agujeros, una prenda con pasado y sí, Lucy y John tienen mucha historia juntos.

