Jesús Utrilla | NV Noticias
La emergencia sanitaria por COVID-19 tuvo un impacto duradero en la educación de los niños, especialmente aquellos que no pudieron cursar el preescolar debido a las restricciones. Rosa Tufiño, especialista en terapia del lenguaje, advirtió que estas generaciones están experimentando un desfase significativo en el aprendizaje, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en su desarrollo cognitivo y social.
Destacó que la falta de interacción social y estimulación temprana en el preescolar generó afectaciones en el neurodesarrollo de los niños, lo que puede manifestarse en dificultades para aprender y adaptarse en entornos educativos posteriores.
“Se están viendo muchas afectaciones generales en el neurodesarrollo de los peques, desde motrices e interacción social. También en comprensión, seguimiento de instrucciones, contacto visual. Ahorita están saliendo los peques que tuvieron entre cinco y ocho años que no cursaron el preescolar y tuvieron que estar encerrados en casa”.
Para mitigar este efecto, la especialista recomienda a los padres de familia que fomenten en sus hijos la realización de actividades diversas, como juegos, lectura, música y arte, para estimular su desarrollo integral y ayudarlos a cerrar la brecha en el aprendizaje.
Es fundamental que las familias y las instituciones educativas trabajen juntas para brindar apoyo y recursos adicionales a estos niños, a fin de garantizar que no se queden atrás en su educación y puedan alcanzar su máximo potencial.
“Ahorita se están viendo afectados en su aprendizaje, porque al no cursar el preescolar en la formación del ser humano y en la interacción social, pues los peques están teniendo un desfase significativo en el aprendizaje”.
Reiteró a los padres de familia que es necesario hacer que sus hijos realicen actividades diversas para ayudarlos a desarrollarse.