En diciembre de 1994, pocos días después de asumir la presidencia, Ernesto Zedillo impulsó una reforma histórica que transformó el Poder Judicial de México. La medida más destacada fue la eliminación de los 26 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), reduciendo su número a 11, con el fin de convertir al tribunal en un organismo más ágil y especializado en la revisión constitucional.
Esta reforma también incluía la creación del Consejo de la Judicatura Federal, responsable de la administración del poder judicial y de combatir la corrupción dentro de sus filas.
La reforma de Zedillo buscaba fortalecer el Estado de derecho y la división de poderes. El presidente argumentó que la Corte necesitaba un rediseño que la hiciera más eficiente y apartara los intereses políticos de sus decisiones. Aunque la medida fue aprobada por el Congreso con apoyo mayoritario, generó críticas dentro del Poder Judicial. Algunos ministros se quejaron de que la reforma no distinguía entre jueces de trayectoria corta o larga.
A pesar de las críticas, esta reforma marcó el inicio de una nueva era en la SCJN, que desde entonces ha jugado un papel más activo en la resolución de controversias constitucionales .
La SCJN, tras esta reconfiguración, se convirtió en un árbitro clave en los conflictos entre distintos niveles de gobierno y ramas del Estado, aumentando su influencia en la vida política del país .
Comparación con la Reforma Judicial de AMLO
Recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha promovido reformas que también buscan modificar la relación entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. Aunque su propuesta no contempla la eliminación o reducción de ministros, sí ha generado tensiones, especialmente por su insistencia en la necesidad de democratizar el sistema judicial y cambiar la forma en que se eligen a los jueces y magistrados.
Al igual que Zedillo, AMLO ha enfrentado críticas por parte de algunos sectores que lo acusan de intentar influir en la independencia judicial. Sin embargo, mientras que la reforma de 1994 se centró en reducir el tamaño de la Corte y aumentar su especialización, la reforma de AMLO parece más preocupada por democratizar y descentralizar el sistema judicial, abordando temas como la corrupción y la falta de acceso a la justicia.
Ambas reformas comparten la visión de modernizar el poder judicial, pero mientras la de Zedillo fue vista como un intento de profesionalización, la de AMLO es percibida por algunos críticos como una herramienta política para ejercer mayor control sobre las instituciones judiciales.
La reforma judicial impulsada por Ernesto Zedillo en 1994 fue un evento trascendental en la historia política y jurídica de México. Esta reforma modificó profundamente la estructura y el papel de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), transformando el sistema judicial con la intención de fortalecer su independencia, reducir la corrupción y aumentar la eficiencia en la administración de justicia.
Sin embargo, este proceso no estuvo exento de polémica y de diversas reacciones tanto a nivel nacional como internacional.
El Papel del Congreso en la Reforma de Zedillo
El Congreso de la Unión tuvo un papel clave en la aprobación de la reforma. En diciembre de 1994, Zedillo propuso una serie de cambios constitucionales que fueron aprobados por una mayoría legislativa. La reforma se concentró en reducir el número de ministros de la SCJN de 26 a 11 y en la creación del Consejo de la Judicatura Federal, que tendría la responsabilidad de supervisar la administración del Poder Judicial. Además, la SCJN se convertiría en un tribunal constitucional especializado, cuyo objetivo principal sería la resolución de controversias constitucionales.
El Congreso, bajo el control del Partido Revolucionario Institucional (PRI), apoyó de manera mayoritaria la reforma, facilitando su rápida aprobación. Este respaldo fue interpretado como un paso hacia la modernización del sistema judicial en México, aunque algunos críticos en ese momento señalaron que la intervención del Poder Ejecutivo, al proponer directamente a los nuevos ministros, podría comprometer la independencia judicial.
Reacciones de los Mercados y Organismos Internacionales
La reforma de Zedillo ocurrió en un contexto de crisis económica profunda. Apenas unas semanas después de que asumiera la presidencia, estalló el “error de diciembre”, una crisis financiera que afectó gravemente la economía mexicana. La decisión de reestructurar el Poder Judicial, junto con otras reformas económicas y políticas, fue interpretada por los mercados y los organismos internacionales como un intento de estabilizar el país y fortalecer las instituciones.
• Reacción de los Mercados: Aunque la crisis económica provocó una fuga masiva de capitales y la devaluación del peso, las reformas estructurales, incluida la reforma judicial, fueron vistas como pasos necesarios hacia la estabilización. La confianza de los inversionistas mejoró gradualmente a medida que se implementaron medidas para restaurar el orden económico y político. Los medios internacionales, como The New York Times y The Wall Street Journal, destacaron la importancia de estas reformas para garantizar el estado de derecho en el país.
• Organismos Internacionales y Empresariales: Instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial respaldaron las reformas de Zedillo, argumentando que fortalecerían el estado de derecho y aumentarían la transparencia. La creación de un sistema judicial más eficiente fue vista como un paso necesario para atraer inversiones extranjeras y restaurar la confianza en la economía mexicana.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) también expresó su apoyo, aunque con reservas sobre la implementación efectiva de los cambios .
Reacciones Nacionales
La reforma fue recibida con preocupación por algunos sectores dentro del Poder Judicial. Muchos de los 26 ministros desplazados consideraron la medida como una intervención excesiva del Ejecutivo. Sin embargo, Zedillo argumentó que la SCJN necesitaba una reestructuración para volverse más eficiente y confiable. Medios como El Universal y Excélsior destacaron el impacto histórico de la reforma, señalando que podría marcar un cambio positivo en la independencia del poder judicial.
Comparación con la Reforma de AMLO
En el contexto actual, la reforma judicial promovida por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha generado controversias similares, aunque con un enfoque distinto. A diferencia de Zedillo, que redujo el tamaño de la SCJN y fortaleció su papel constitucional, AMLO ha promovido una reforma enfocada en democratizar el Poder Judicial, abordando problemas de corrupción y ampliando el acceso a la justicia.
• Reacciones de los Mercados y Empresarios: A diferencia de la respuesta positiva hacia la reforma de Zedillo, las reformas propuestas por AMLO han generado una mayor incertidumbre entre los inversionistas. El Consejo Coordinador Empresarial y otros grupos empresariales han expresado su preocupación de que las reformas de AMLO podrían comprometer la independencia judicial y aumentar la intervención del Ejecutivo en los asuntos judiciales.
Algunos medios, como Financial Times, han señalado que estas reformas podrían desincentivar las inversiones al generar dudas sobre el estado de derecho en el país.
• Reacciones Políticas e Institucionales: Mientras que la reforma de Zedillo fue vista como una modernización institucional, la de AMLO ha sido percibida por sus críticos como un intento de centralizar el poder. La Asociación Nacional de Magistrados y Jueces ha expresado su preocupación de que las reformas de AMLO debiliten la autonomía del Poder Judicial.
Sin embargo, los defensores de la reforma, como el propio presidente, argumentan que estas medidas son necesarias para combatir la corrupción en el sistema judicial y mejorar el acceso a la justicia para las clases más vulnerables.
Conclusión
Tanto la reforma de Zedillo en 1994 como la actual de AMLO tienen como objetivo cambiar la estructura y funcionamiento del Poder Judicial, pero se han recibido de maneras muy diferentes. La reforma de Zedillo fue vista como un paso positivo hacia la modernización y la independencia judicial, en gran medida porque coincidía con las necesidades de estabilidad económica y política en un momento de crisis.
En cambio, la reforma de AMLO ha generado mayores tensiones, ya que muchos la perciben como una amenaza a la autonomía judicial en un contexto de polarización política.
Ambas reformas reflejan el delicado equilibrio entre modernizar las instituciones judiciales y mantener su independencia frente a los intereses del Poder Ejecutivo.