Desde la expresidenta Cristina Fernández hasta figuras del radicalismo, el plan de Milei para la reconstrucción de la economía argentina anunciado este miércoles está generando un fuerte rechazo político y social que va más allá del descontento expresado en las calles por las organizaciones sociales y grupos de ciudadanos que secundan de manera espontánea convocatorias en las redes sociales.
Esta circunstancia coloca en serios aprietos el afán del nuevo mandatario de poner en marcha un plan de estabilización mediante la aprobación de un decreto de necesidad urgente (DNU) que contiene más de 300 reformas con las que pretende, de un plumazo, sentar las bases para la reconstrucción de la economía argentina mediante la desregulación económica y la reversión del déficit fiscal.
“Hay que leer la Constitución completa, no hay que enfrentar a argentinos con argentinos”, reclamó la expresidenta Cristina Fernández, (2007-2015), quien censuró a Milei que ponga énfasis en reprimir las protestas tumultuarias en lugar de en garantizar los derechos de los argentinos.
“Cuando la democracia (en Argentina) está cumpliendo 40 años de continuidad, nuestro país asiste a un hecho de extrema gravedad institucional jamás visto. El Poder Ejecutivo, en un acto de claro abuso de poder, ha avanzado sobre las atribuciones exclusivas del Poder Legislativo”, tuiteó por su parte el también expresidente Alberto Fernández (2019-2023).
“Desde su asunción, el presidente y su ministro de Economía (Luis Caputo) han repetido datos falsos tratando de montar un escenario de caos para justificar la destrucción del Estado y de los derechos de los trabajadores”, se quejó el antecesor de Milei en la Jefatura del Estado.
Y no sólo los exmandatarios peronistas cuestionan las intenciones del líder libertario. En el Parlamento se extiende la consideración unánime de que el presidente argentino tendrá serias dificultades para que sea aprobado su plan por el hecho de que Milei ha optado por firmar un decreto de necesidad y urgencia (DNU) de 82 páginas 366 artículos que sólo puede ser aprobado o rechazo en su totalidad, en lugar de plantear las reformas una a una.
Fuente: El Financiero
